Las manifestaciones del portavoz de los populares, Ángel Moldes, que la acusó de utilizar el Plan de Reequilibrio para situar a Regades al frente de los socialistas, o las declaraciones de un diputado del PP de Salceda que calificó de "genocidio cultural" la falta de apoyo financiero a unas rondallas han provocado la indignación de la presidenta de la Diputación, Carmela Silva, que acusó a la oposición de llevar a cabo una política "destructiva, de descalificaciones e insultos".

En su opinión el empleo de la palabra "genocidio" denota tanto la "falta de cultura" como el modo "despreciable" de hacer política, si bien aseguró que en un año "preelectoral" como el 2018 no espera otra respuesta de los populares que una "política barriobajera, de insultos y de intentar embarrar" a los adversarios.

Mostró su convicción de que "el PP está muy nervioso" ante la tendencia que le muestran las encuestas antes de declararse "harta" de los modos de la oposición y de que los diputados del PP "no presenten ni una alternativa", sino que "todas sus mociones son para defender" al presidente provincial del PP y vicepresidente de la Xunta, Alfonso Rueda, "y su falta de compromiso con Pontevedra".

Expresó a renglón seguido su preocupación por otros temas: las listas de espera sanitarias, que "la gente tenga que esperar un año para una prueba que detecta el cáncer", que lo pacientes estén en los pasillos con una gripe que ya ha provocado más de una decena de muertos, o que con un temporal "el tejado de un colegio salgan por el aire porque no se invierte en rehabilitar los centros".