Todos los fieles, independientemente de sus características, tienen el mismo derecho a participar activamente en los oficios religiosos. Es la razón por la que la parroquia de Santa María puso en marcha en su día las misas traducidas a la lengua de signos española.

Estos oficios se celebran durante las mañanas del día 11 de cada mes, una iniciativa que el pasado año dio un paso más con la puesta en marcha del primer Curso de Iniciación a la Lengua de Signos.

Tuvo una buena acogida, que motivó a la organización a poner en marcha una segunda entrega. La nueva edición dio comienzo ayer en el Centro Parroquial, ubicado en la Calle San Martiño, y de nuevo fue una oportunidad para familiarizarse con esta lengua y esta cultura.

Como muchas lenguas minoritarias, la de signos (reconocida hace tan solo una década) ha estado marginada y su comunidad la reivindica como el tesoro que es, un acervo que comparten alrededor de 100.000 personas en España y que es rico, vivo y en permanente actualización.

Además de incidir en la importancia de comunicarse con esta comunidad y conocer su cultura, los especialistas recuerdan que aprender la lengua de signos supone una gran ventaja para los oyentes ya que estimula el desarrollo cognitivo; al signar se entrenan áreas del cerebro que apenas se estimulan mediante el lenguaje oral, razón de más para sumare a este proyecto de una parroquia que lucha contra las barreras.