No es el Pazo de Lourizán la única joya del patrimonio arquitectónico pontevedrés que corre peligro por su abandono. Otro edificio emblemático en desuso desde hace años es la antigua delegación de Hacienda en la plaza de Ourense. El inmueble preside A Ferrería junto al convento de San Francisco, de ahí que es normal que administraciones como el Concello de Pontevedra están especialmente interesadas en que no se deteriore, además de obtener un aprovechamiento del mismo.

Es por ello que desde el Concello han insistido en los últimos meses en que 2108 será el año en el que toque insistir ante el titular del edificio, el Ministerio de Hacienda, para tratar de buscar un futuro para este inmueble que esté a la altura de su porte e historia. Desde el Concello ya han solicitado en anteriores ocasiones al Gobierno central la cesión del mismo. Aunque se barajaron diferentes usos, parece que la que más agrada al gobierno local es su conversión en archivo histórico, tanto provincial como del propio concello, o al menos en esa línea se trabaja.

Sin embargo, la respuesta hasta hace unos meses siempre fue negativa. Desde el Concello siguen trabajando de forma bastante discreta analizando propuestas que trasladar al Ministerio para convercerlos de la cesión. El objetivo, proteger el inmueble frente al abandono y de paso aprovechar este espacio.

El Ministerio de Hacienda incluyó en 2013 este edificio en la lista de inmuebles de su titularidad que ponía a la venta. Su tasación era de 5,3 millones de euros pero, o no llegó ninguna oferta o estas no fueron de interés para el Ministerio quien hace meses indicó a FARO que todavía no tenía unos planes definidos para su antigua sede en la ciudad. Uno de los obstáculos para su venta era, además, que está calificado urbanísticamente como suelo dotacional y el concello no parecía estar por la labor de facilitar un cambio de calificación que permitiera darle al edificio otro uso que no fuera público (en su día incluso se barajó la posibilidad de construir un hotel o un parador, opción que finalmente se descartó). Este año, por lo tanto, será el de una nueva ofensiva municipal para intentar sacar este edificio de su actual ostracismo.

Santa Clara

Otra joya arquitectónica que preocupa es el convento de Santa Clara, después de que las últimas monjas hayan abandonado el convento el pasado año.

Sin valor arquitectónico alguno pero sí generando continuos problemas de seguridad y salubridad, otro edificio público cuya situación debe solventar cuanto antes la administración es el de la vieja Comandancia de la Guardia Civil de Loureiro Crespo. Recientemente se planteó la posibilidad de que pudiera ser una buena ubicación para una nueva Comisaría de Policía Nacional de Pontevedra, no obstante, el GIESE (Gerencia de Infraestructuras y Equipamiento de la Seguridad del Estado) insiste en que sigue trabajando con el Concello de Pontevedra para recalificar la parcela a través de una modificación del PXOM y después sacarla a la venta. Un proceso que reconocen que estuvo parado después del "crack" del ladrillo y ante el parón que vivió el mercado innmobiliario.

Benito Corbal

Cabe recordar que otro de los edificios públicos en situación de abandono en Pontevedra es la vieja sede de la Xunta en Benito Corbal, aunque de todos ellos es el que tiene su futuro más claro. La administración autonómica ya reserva en los presupuestos de este año casi cuatro millones de euros y estará ejecutada en 2019 por lo que las obras se iniciarán este año.