Enero será, probablemente, el mes tope para decidir el futuro de A Caeira a nivel de reestructuración. Después de dos reuniones infructuosas con los vecinos, las posiciones entre el Concello de Poio y buena parte de los residentes siguen estando enfrentadas. Mientras, el ejecutivo insiste en ampliar las aceras, la Plataforma de Afectados de San Salvador pone el foco en mantener sí o sí los dos carriles de circulación.

Durante la última reunión en la Casa Rosada, el portavoz del BNG, Xulio Barreiro, ofreció un discurso sincero en el que reconoció que el proyecto "no va a solucionar el problema de tráfico que hay en A Barca". "Ni este ni ningún otro. Es algo mucho más complejo", continuó. Sin embargo, el edil de Facenda también recalcó que "no se trata de un problema de A Barca", sino de mejorar la situación de A Caeira.

Barreiro explicó que solo la puesta en marcha del vial de O Vao y la reforma del nudo de Bomberos acabarían con los atascos, algo que depende de la voluntad de la Xunta de Galicia y de Fomento. Sin embargo, explicó que para la zona de A Caeira de abajo existen tres soluciones, a las que calificó, dando la razón a los vecinos, como "parches".

Dirección única.

Es el proyecto por el que apuesta el Concello, sea cual sea la variante. El ejecutivo presentó primero una modificación de cambiar el tráfico hacia la dirección única total en sentido ascendente. Posteriormente, y ante la negativa vecinal, propuso mantener el sentido de bajada desde A Barca hasta el cruce del Casino y cambiar la dirección de la calle Río Lérez. El objetivo era ofrecer una salida directa para los vehículos de los residentes en la zona baja de A Caeira.

Mantener "lo que hay".

Otra de las opciones es, ante la falta de consenso, no realizar finalmente ninguna mejora en las calles Pernas Peña, Mato Calderón y Plaza Riestra. En principio, esta opción es la que menos posibilidades cuenta con hacerse realidad. Primero, porque el pleno aprobó por unanimidad el gasto. Segundo, porque el propio alcalde, Luciano Sobral, ha asegurado que no reformar el barrio sería "un fracaso". Tercero y más importante, porque todas las partes son conscientes de que es necesaria una reforma.

Combinar tráfico y peatones.

Una tercera opción sería poner en marcha un proyecto que tratase de combinar el tráfico y los peatones. Por ejemplo, simplemente arreglando las aceras aunque manteniéndolas con el ancho actual. Algo que el Concello ha dejado entrever que no sería posible debido a las leyes de accesibilidad actuales. Esta opción contentaría a muchos residentes, pero el ejecutivo municipal entiende que "es peligroso" debido a que se pone en riesgo al peatón por la falta de espacio para caminar a pie y la velocidad a la que transitan los vehículos. El gobierno local entiende que no importa el flujo sino el "riesgo".

| Las aceras, una "ruina". El principal punto en el que todas las partes están de acuerdo es en el hecho de señalar a las aceras actuales como el gran problema de las calles en cuestión. A día de hoy, existen desniveles que dificultan la accesibilidad, el firme es irregular, hay postes de la luz que complican el paso y el ancho es en muchos tramos de unos 60 centímetros.

| Carreteras uniformes. Una de las claves para el futuro del proyecto es el hecho de que la carretera debe ser uniforme en todos los puntos, con independencia del ancho de la calle.

| Retranquear. Otra de las opciones pasaría por retranquear varios muros y así mantener el doble carril y a la vez ampliar las aceras. Pero esta opción impediría llevar a cabo el proyecto a corto plazo y dificultaría los trámites.