Las posturas con respecto al trasvase de agua del Verdugo al embalse de Eiras había tensado la relación entre el alcalde de Vigo, Abel Caballero, y su homólogo en Ponte Caldelas, Andrés Díaz. El primero, ayer, quiso "censurar severamente" la presencia del segundo en la manifestación del de rechazo a esta medida de emergencia y le lanzó un ultimátum: "o rectifica o que dimita" como secretario de Organización del PSdeG provincial de Pontevedra.

Caballero considera que Díaz tiene que "rectificar inmediatamente" porque "no se puede ser secretario de organización de un partido en una provincia y manifestarse en contra del derecho a tener agua de 450.000 personas". El regidor vigués califica el hecho de "gravísimo" y recuerda al de Ponte Caldelas que una parte importante de la población de su municipio trabaja en la ciudad olívica. Esto le ha llevado a plantear "con qué agua creen que trabajan" esas personas. Considera que esgrimen una "doble vara de medir" en este asunto.

Caballero cree que Díaz cometió un "inmenso error" al participar en la protesta ya que "como alcalde puede hacer lo que quiera, pero como secretario de Organización del PSdeG-PSOE, no". "O cambia de posición o que presente la renuncia", exigió y añadió: "No se puede atacar impunemente a Vigo". Defendió que antepondrá la ciudad "siempre a todo". "Primero Vigo y luego el PSOE.

Díaz le respondió, poco después, que las razones de Caballero para solicitar su renuncia son "ridículas", al entender que nada tiene que ver ese cargo orgánico con el rechazo al trasvase. A través de un comunicado, le pide "reflexión y prudencia". Le reprocha que resulta "contradictorio" que un alcalde y presidente de la FEMP "defienda unas obras pasando literalmente por encima de la opinión y de las competencias de otros dos ayuntamientos".

Confirma que seguirá participando en las protestas contra una obra hidráulica que considera que no se puede tramitar por la vía de emergencia, sin estudio de impacto ambiental. Sostiene que Augas de Galicia "ya pisó el freno en este asunto" y "nada más se supo" de llevar el asunto al Consello de la Xunta, "por lo que el alcalde de Vigo debería ir pensando en otras opciones".