En las paredes de las salas comunes del punto de encuentro familiar de Pontevedra figuran varios carteles con consejos para los padres y familiares de los niños. Uno de ellos es el que reconoce los derechos de los menores en la separación o divorcio de sus progenitores. En base a ello se recuerda que deben ser tratados "como personas que tienen intereses y que están afectadas, y no como meras prendas o posesiones".

También tienen derecho a expresar su sentimiento sobre la separación y a querer a sus padre o a su madre sin sentimiento de presión, culpa o rechazo. Asimismo, se subraya que los niños tienen derecho a "no tener que tomar decisiones propias de adultos", así como a "seguir siendo niños, sin tener que ser cuidadores de sus padres".