Indignación total y absoluta la de los usuarios del puente de A Barca, que carece desde hace cerca de un año de la mayoría de sus luminarias. A oscuras, y caminando "guiados solamente por las luces de los coches que circulen en ese momento", así es como aseguran los vecinos de ambos concellos, Pontevedra y Poio, que utilizan el viaducto a diario.

La iluminación sufrió sus mayores daños en los temporales del pasado invierno, cuando se perdieron muchas de las lámparas. Sin embargo, nunca fueron repuestas. Durante el verano el problema no es tan evidente porque oscurece más tarde y hay mucho tráfico de coches, pero ahora que el invierno ha acortado sensiblemente los días, a partir de las siete de la tarde la circulación peatonal se complica. Los vecinos denuncian que se sienten inseguros ya que apenas se distingue al resto de peatones a pocos metros de distancia. "No sabes quién te viene de frente ni detrás, al final terminas por traerte el coche", se lamentan.

En este vídeo circular tomado desde la acera más cercana a Poio se puede comprobar, en sus primeros segundos, como caminan unos peatones de frente a los que casi no se distingue. Solo se ven unas cuantas luces en ambos márgenes y las que proporcionan los vehículos al peatón. La iluminación que se distingue es la del centro comercial, la del puerto deportivo a lo lejos y, al final de la grabación, la de la primera rotonda de Pontevedra, en la esquina con Echegaray y Paseo de Colón.

Los vecinos critican que ninguna Administración se haya molestado en poner fin a la situación. Se refieren tanto a la Xunta, que es la titular del puente y quien tiene pendientes las obras de la PO-531, la que circula por el mismo, como a los concellos de Pontevedra y Poio, "porque no parecen preocuparse por nosotros, los afectados".