Un pontevedrés, José Carlos Solla Blanco, cumple estos días medio mes de protesta ante los juzgados de A Parda en Pontevedra mostrando su disconformidad por una decisión judicial que, en este caso, le llevó a perder la vivienda en la que residía en Xeve. Según explica, en su caso el desahucio se produjo por una reclamación que hicieron familiares suyos sobre la vivienda en la que asegura que convivió y cuidó a su padre hasta la muerte de este último. Afirma que una enfermedad psiquiátrica que padece le impidió defenderse debidamente y el proceso acabó con una sentencia contraria a sus intereses, así como con su desalojo de la vivienda en litigio a la que inmediatamente después cambiaron la cerradura.

Desde entonces afirma que vive en la calle, la mayoría del tiempo lo pasa en los soportales del edificio judicial de A Parda reclamando "justicia" y que se revise su caso. Junto a él exhibe una caja de cartón que asegura que ahora "es la casa que me queda" después de que el juzgado le quitase la suya. Lamenta también que no haya ningún tipo de ayuda para "personas que como yo han perdido su vivienda por una desahucio por herencia, dado que si fuese por impago sí que podría tener acceso a ayudas, pero en mi caso no". Ayer, el servicio de seguridad del juzgado le instó a abandonar los soportales del edificio ante su sorpresa. Él afirma que continuará protestando en A Parda aunque asegura que "después de varias semanas en la calle esto es muy duro y la salud ya se va resintiendo".