Nuestras compras deben garantizar los Derechos Humanos y el cuidado del medio ambiente; como consumidores tenemos capacidad para apostar por un mundo más digno, para empezar siendo conscientes de en qué condiciones se elaboran los productos que adquirimos, porque detrás de muchos de ellos está la explotación laboral y otras formas modernas de esclavitud como el trabajo infantil, amén de la destrucción de la naturaleza.

No es un problema puntual: un informe de este mismo año de la Organización Internacional del Trabajo documenta que 25 millones de personas padecen trabajo forzoso en fábricas clandestinas y explotaciones agrícolas. De ese total de trabajadores esclavizados, el 18% son menores de edad que elaboran productos o cosechan para que consuman los ciudadanos de los países del Norte.

Quebrar esta espiral de esclavitud es el principal objetivo de las ONG que trabajan en el ámbito del comercio justo, una opción que año a año gana terreno. Según datos de la Coordinadora Estatal de Comercio Justo, la venta de estos productos creció el pasado año un 15% en España, que no obstante continúa alejada de los ratios de otros países europeos, aunque la positiva evolución anima a empresas como las cuatro integrantes de Mov3, que en esta campaña de Navidad venden su ropa en el local Consume-Nós de Amarante y Boa Vida.

Diseño gallego y orgánico

"Son prendas realizadas todas ellas en Galicia a partir de algodón ecológico, no contaminan ni por supuesto emplean pesticidas que puedan dañar la salud", explica Sara Carballido, de Amarante.

Camisetas a partir de 20 euros y hasta vaqueros de 100, pero también sudaderas, kimonos o ropa para niños y bebés son otras de las propuestas de las empresas vinculadas a esta alternativa de ropa justa. Ésta se produce en condiciones de dignidad: la persona que la hace recibe 1,96 euros (partiendo de ese precio medio de 20 euros) frente a los 0,8 céntimos que recibe un trabajador explotado en los talleres clandestinos.

Otra opción que proponen para fomentar la economía solidaria es hacerse con las cestas de alimentación y cosméticos "que tan buena acogida han tenido otros años", indican los organizadores.

Los productos de alimentación ecológica proceden de cultivadores de la comarca de Pontevedra.