Una de las escasas consecuencias positivas del temporal "Ana" se registró en el estado de los ríos, manantiales y otras fuentes de agua, amenazados todos ellos por largos meses de sequía. Un claro ejemplo de los efectos de la lluvia sobre el estado hidrológico se pudo comprobar ayer en la presa del río Lérez en Monte Porreiro. Curiosamente, la avería que durante los últimos días afectó a los medidores de Augas de Galicia e impedía conocer con detalle el caudal del río, quedó ayer subsanada.

Estos datos reflejan que el caudal del Lérez se disparó con las intensas precipitaciones de ayer y se alcanzó una media, a las 23.00 horas, de 56 metros cúbicos por segundo, pero a lo largo de la jornada llegaron a rondarse unos picos máximos de aporte de agua de 315 metros cúbicos por segundo, unas cantidades nunca alcanzadas en todo el año y que permiten ver con más tranquilidad el futuro del servicio de abastecimiento.

Las precipitaciones convirtieron a la jornada de ayer en la jornada más lluviosa del año, superando lo acumulado en todo noviembre, por ejemplo. El pasado mes cayeron sobre Pontevedra 73 litros y en las 24 horas ayer se superaron los 80. Pero aún fueron más intensas en Ponte Caldelas (171 litros a las 23.00 horas), Cotobade (120), Poio (120), Caldas (114), Cuntis (más de 90 en Monte Xesteiras) y Sanxenxo (alrededor de 60).

El viento también fue excepcional, con rachas que llegaron a 80 kilómetros por hora en Pontevedra, 75 en Poio, 83 en Sanxenxo y 82 en Caldas.