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Jesús de la Fuente: "Más que eucalipto sí o no, la Administración debe fomentar la autodefensa de las aldeas"

"Un plan forestal no se puede sacar adelante sin una gran participación social", asegura

Jesús de la Fuente, ayer en el Teatro Principal. // Gustavo Santos

"Las aldeas necesitan autodefenderse, no pueden esperar a que la Xunta venga a apagar el fuego". Es una de las ideas que ayer expresó el ingeniero de Montes Jesús de la Fuente en el coloquio "O noso monte a debate. Aspectos ambientais e económicos", en el que intervino también Gonzalo Rodríguez, profesor de Economía Aplicada de la USC. El acto, que tuvo lugar en el Teatro Principal, fue organizado por la Asociación Pola Defensa da Ría, APDR.

-¿Cuál es la situación, desde un punto de vista técnico, de los montes de la comarca tras los incendios?

-Yo colaboro en el concello de Ponte Caldelas como voluntario. Lo que yo he observado en ese entorno, y lo que he oído a través de compañeros, es que el fuego fue muy rápido. Avanzó muchísimo, salvo en lugares puntuales donde pudo arder más despacio. En general, el fuego abarcó una gran superficie pero afectó poco al suelo.

-Dentro de lo malo, ¿podemos ser positivos?

-El problema es que es mucha superficie afectada. Lo ideal sería que fuese poca superficie y poca afectación al suelo, ya que el efecto erosivo va a ser pequeño. De este modo, la cantidad de ceniza y nutrientes de la capa superficial del suelo es enorme de cara a los arrastres que se van a producir hacia los ríos con las primeras lluvias tormentosas que haya, con los primeros temporales.

-¿Qué efecto han tenido esas primeras lluvias de la semana pasada?

-Hubo arrastres, pero no conozco, como en otras ocasiones, ríos que hayan bajado totalmente turbios. De momento, a pesar del poco caudal que llevan los ríos, no está habiendo arrastres fuertes porque desde que la gota del agua de la lluvia golpea el suelo y moviliza las partículas que han quedado más desprotegidas de la vegetación, y hasta que llega una corriente de agua, hay kilómetros de distancia.

-¿Cuáles han sido las especies arbóreas más afectadas? ¿Las pirófitas?

-Lo que yo he visto en Ponte Caldelas es que lo que más ha ardido es el eucalipto, también porque es lo que más hay. Incluso ha ardido eucalipto que estaba sin talar desde 2006.

-¿De qué modo afecta este tipo de fuegos rápidos a las frondosas?

-Las frondosas autóctonas suelen estar acantonadas, pequeñas masas o formaciones, cerca de las casas o de los ríos. Tanto un ambiente como el otro suele estar mejor defendido del fuego. Cerca de los ríos es un ambiente de menor temperatura y mayor humedad. A ello hay que unir que esas frondosas apenas habían tirado casi nada de hojas y esa sombra provoca siempre un incremento de la humedad. En esas zonas el fuego se ralentiza y se produce como una especie de choque porque el fuego va avanzando a gran velocidad y aunque toque a una carballeira de lado no se mete en ella. En un eucaliptal sí, porque hay mayor temperatura y menor humedad. El eucaliptal es un combustible que transmite con gran facilidad el fuego en comparación con la carballeira.

-Lo que demuestra la capacidad de las frondosas para actuar como "cortafuegos"...

-Efectivamente. Esa es la base, una de ellas. Nos temos que apoyar en tres fortalezas de lo que que es el territorio y la geografía gallegos. Una de ellas es la red de drenaje tan extendida que tenemos que nos proporciona unas tareas de defensa fantásticas. Tenemos que evitar que el pino y el eucalipto se metan en ellas. Tiene que haber áreas cortafuegos de verdad. Otra de las fortalezas son las comunidades de montes. Si conseguimos darles el apoyo que necesitan para que se autogestionen pueden hacer de dinamizadoras de los usos del monte. Pueden conseguir que las propiedades particulares, también de muchos de los comuneros, formen parte de esa dinamización.

-¿Y la tercera fortaleza?

-Debemos apoyarnos en la sociedad que vive en las aldeas y apoyarla desde la ciudad para que genere un entorno seguro. Cada aldea tiene que tener un cinturón de seguridad, una infraestructura verde. A nivel europeo se está potenciando muy intensamente desde 2012 la Green Infraestructure. Se puede generar una infraestructura verde en toda Galicia para crear corredores, diversidad, para que sirvan de freno a los incendios. Las aldeas necesitan autodefenderse, no pueden esperar a que la Xunta venga a apagar el fuego. Tienen que gestionar el territorio que las rodea de manera que el uso, no las máquinas desbrozadoras, mantenga libre de combustible fácilmente inflamable lo que es entorno más inmediato a las casas. Antes eso lo hacía el ganado, las leiras, los soutos, frutales... Es lo que hay que recuperar.No hay otra manera de hacerlo, no se me ocurre otra. No podemos esperar por la ayuda de la Administración, que llega, pero llega tarde.

-¿Eso quiere decir que hay que invertir más en prevención y no tanto en extinción?

-Yo, más que repetir lo de eucalipto sí, eucalipto no o más prevención y menos extinción, lo que diría es que la Administración tiene que preocuparse de fomentar la autodefensa de las aldeas. Eso no se hace invirtiendo en desbroces, sino convenciendo a la gente de que tiene que agruparse, unificar fincas por el uso... volver a ese enfoque solidario para hacer usos comunes. ¿Por qué no preparar las fincas para el ganado de las comunidades de montes? Es una gestión social de las aldeas para que ardan menos.

-¿Qué pasos hay que seguir ?

-Todo lo que sea generar caldo de cultivo en las aldeas para un uso más seguro. La Administración ahí, si ve que empieza a funcionar, se va a subir al caballo ganador.

-También lo puede hacer a través del futuro plan forestal...

-Puede replantearse el plan forestal, que por muy bueno o malo que sea no se puede sacar adelante sin una gran participación social. No la ha habido y no la está habiendo. Deberían divulgar qué están haciendo y por qué, para que la gente participe. Que sea accesible.

-¿Tine futuro el monte gallego?

-Tiene mucho futuro. Antes todo se aprovechaba en los montes y, por ejemplo, las quemas se hacían controladas para que los arrastres de la llluvia acabaran en las fincas que después se iban a sembrar con cereal. Era un sistema de abonado perfecto. Se usaban todas las fuerzas de la naturaleza. Esos recursos que siguen creciendo en Galicia hay que saber gestionarlos. Como no hay quien los aproveche terminan ardiendo.

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