En septiembre era su profesor, Sergio Meis, el que presentaba el trabajo de todo el curso para sus alumnos. Ayer fueron los propios escolares los que acudieron al Concello a explicar la investigación emprendida para profundizar en la figura de Gonzalo y Bartolomé García Nodal, loe hermanos Nodales de A Mourente.

Diez alumnos de Sexto de Primaria del CEIP de Pontesampaio, coordinados por su profesor explotan todos los entresijos de la Expedición García Nodal, un viaje a Tierra de Fuego encabezado por los dos navegantes pontevedreses y encargada por el rey Felipe III para verificar si había un paso marítimo al sur de América entre los océanos Atlántico y Pacífico.

El viaje comenzó en septiembre de 1618, por lo que el próximo año se cumplirán los cuatro siglos y sirvió para llevar el nombre de Pontevedra a aquellas latitudes. Los hermanos Nodal descubrieron un archipiélago, las islas Diego Ramírez, ahora pertenecientes a Chile y bautizadas con el nombre del cosmógrafo de la expedición. Pero sus dos islas principales se llaman Bartolomé y Gonzalo y uno de los islotes es el de Pontevedra.

Los escolares cuentan con el respaldo del Concello pero sobre todo del Museo de Pontevedra y del Gremio de Mareantes, muy vinculados a las peripecias de aquellos marinos del siglo XVII nacidos en Pontevedra.

Los niños muestran notable interés por el trabajo, en el que manejan incluso el cuaderno de bitácora de toda la singladura. La intención es realizar una exposición protagonizada por los propios escolares y en junio próximo el CEIP Pontesampaio participará con ese trabajo en Ponteciencia.

El cuaderno de bitácora de la expedición, junto con mapas y grabados recogidos en el Museo, es la principal fuente de información para los alumnos, además de las nuevas tecnologías, que les han permitido localizar la ubicación del archipiélago Diego Ramírez y, sobre todo, el Islote Pontevedra.

Liderada por los hermanos nacidos en Pontevedra Bartolomé (1574-1622) y Gonzalo García de Nodal (1569-1622), y muertos en 1622), la expedición contaba con dos carabelas similares, Nuestra Señora de Atocha y Nuestra Señora del Buen Suceso, de 80 toneladas y 40 tripulantes cada una, todos ellos marineros portugueses, ya que Portugal pertenecía entonces al reino de España. La primera iba como capitana, al mando del experto marino Bartolomé, y la otra, como almirante, con su hermano el capitán Gonzalo.