El gobierno local no solo ha decidido paralizar, por el momento, el despliegue de nuevos composteros en Monte Porreiro, ante la división vecinal sobre su emplazamiento, sino que incluso las obras que originaron las protestas para instalar bases de hormigón donde asentar los recipientes también desaparecerán. El Concello acometerá a partir del lunes distintos trabajos de seguridad y recuperación de los espacios previstos para esos composteros.

Los operarios cubrirán las bases con arena o un manto vegetal, en unos casos; en otros se colocará un bordillo o se echará hormigón para acotar el espacio y que no haya accidentes antes de cubrirlo.

La Concejalía de Obras que dirige Demetrio Gómez, explica que son "trabajos temporales" y "pequeñas intervenciones en las que se buscará también el menor gasto". El gobierno local añade que con esta medida "se ejecuta el acuerdo alcanzado con la Asociación de vecinos O Mirador de paralizar lo despliegue de los composteros comunitarios en el barrio ante la discrepancia surgida entre los vecinos por la localización de algunos de esos centros".

Ahora se está a la espera de "conocer las conclusiones que alcance la comisión vecinal creada para evaluar las localizaciones actuales y proponer, si es el caso, alternativas". El gobierno local se declara de nuevo dispuesto a "negociar y atender estas conclusiones siempre que respondan a soluciones técnicamente viables" y añade que "en ningún momento el gobierno local pretende ser causa de enfrentamiento entre los vecinos", por lo que espera "que se pueda reconducir la situación".

Pese a la marcha atrás con los nuevos composteros, los anteriores (instalados hace más de un año con la colaboración de la Diputación) seguirán funcionando en tres puntos distintos del barrio, y en los que compostan alrededor de 1.000 vecinos. También se insiste en que "mientras se resuelve este incidente en el plan de compostaje comunitario municipal, el Concello continuará por otras zonas de la ciudad donde ya estaba previsto el despliegue".