La actualización que realiza periódicamente la Consellería de Medio Rural sobre la evolución de la plaga de la avispa velutina en Galicia confirma que cinco concellos de la comarca están en la zona en la que esta plaga se encuentra más extendida, en la "zona cero de la velutina". Todo el área de O Morrazo (Bueu, Cangas, Moaña, Marín y Vilaboa) junto con Pontevedra, Poio y Moraña aparecen señaladas como ayuntamientos en los que se ha superado ya el centenar de avistamientos de nidos en lo que va de año.

Sin embargo, el mapa de la Xunta no permite atisbar en toda su magnitud la gravedad del problema. Así lo apunta el delegado de la Asociación de Apicultores de O Morrazo, Xosé María Bello, quien explica que el mapa se limita a señalar que municipios han rebasado ya esta línea de los cien nidos avistados pero no la cantidad exacta de nidos detectados y retirados.

300 nidos en Pontevedra

Así, por ejemplo, en concellos de O Morrazo como Cangas y Moaña rozan casi los 200 nidos retirados y en Pontevedra (entre el dispositivo habilitado por el Concello para que sean retirados entre los bomberos y los voluntarios que actúan en el rural) se cree que ya rozan los 300 nidos eliminados. Asimismo, en el mapa aparecen concellos en los que supuestamente no se detecta velutina (Cuntis o Campo Lameiro) en los que Protección Civil retiró nidos activamente este año, aunque sin dar parte a la Xunta.

Así las cosas, Xosé María Bello indica que es más necesario que nunca que la Xunta enfoque la plaga de la velutina "como un problema serio al que hay que atacar de forma coordinada, aportando recursos y medios materiales suficientes". Recalca que para el año de nada valdrá el trabajo de trampeo realizado por concellos y voluntarios en un determinado municipio "si en el de al lado no se hace nada", dado que la avispa "volverá a colonizar el territorio sobre el que se ha trabajado de manera inmediata.

Además, recalca que la densidad de nidos es tan alta que estas avispas crean sus nidos casi en cualquier rincón y cada vez más cerca de la población. Ya han retirado nidos de cornisas, acantilados de playas, torretas de la luz o grúas de obra e incluso bajo tierra por lo que las probabilidades de que un operario, agricultor o cualquier persona se encuentre con un nido y lo dañe y que las avispas ataquen también se multiplican.