El meollo de la cuestión está en saber cuántos decibelios ha subido realmente el tam-tam guerrero de la barriada de Monte Porreiro contra el gobierno local del BNG y su plan de compostaje, como para forzar una paralización estratégica en la colocación de sus "composteiros" hasta que las aguas del Lérez se calmen un poco y pueda retomarse de aquella manera.
La nota divulgada por el gobierno de Lores, veinticuatro horas después del último pleno municipal en donde se vislumbró con claridad el morrocotudo enfado vecinal, constituye un burdo ejemplo de la tergiversación informativa que practican con tanta eficacia como descaro. ¿Por qué no frenaron antes?
En síntesis, el gobierno de Lores ha anunciado que sacrifica temporalmente -eso sí, ni un paso atrás- el despliegue de los soportes de su plan de compostaje en Monte Porreiro, como una muestra enternecedora de su comprensión y bonhomía, a fin de evitar una pequeña guerra civil. Toda la culpa del lío organizado reside en el proyecto técnico que estableció las ubicaciones que estableció, y aquí paz y después gloria. Solo eso y nada más que eso.
¿Desde cuándo el BNG respeta a pies juntillas en esta ciudad los criterios técnicos que no coinciden con sus propios deseos y postulados? ¿A cuento de qué viene esa división apuntada por el gobierno local para presentarse a sí mismo como bendito mediador entre la asociación O Mirador y el vecindario discrepante con la mala ubicación de los composteiros proyectados, como sí anteriores realizaciones suyas contaran siempre con apoyos unánimes; los lombos sin ir más lejos? ¿Acaso son falsas, están infundadas o resultan poco representativas las 385 firmas de residentes en Monte Porreiro que rechazan su instalación junto a parques y colegios, el centro de salud y el campo de fútbol?...
La cuestionable ubicación de los contenedores de basura por toda la ciudad y, sobre todo, su pésimo mantenimiento, sin ninguna atención ni sanción alguna por malas prácticas para no molestar al personal, constituyen un ejemplo palmario de que los temores expuestos por los vecinos de Monte Porreiro no parecen nada infundados en cuanto a la probable conversión de los "composteiros" de la discordia en puntos insalubres y nocivos para toda la barriada.
