Limitar el baldeo y limpieza de calles, revisar posibles fugas en la red, atenuar la presión del abastecimiento por las noches y restringir, llegado el caso, el suministro de agua a las industrias. Cualquier medida es buena para preservar la poca agua que circula por el río Lérez salvo cortar el servicio a la población pese a la situación de alerta por sequía decretada hace una semana en la cuenca del río Lérez.

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El director de Augas de Galicia, Roberto Rodríguez, dejó claro ayer que no está previsto, a corto plazo, dejar a la población sin agua a pesar de que el río está, en pleno mes de noviembre, en la peor situación a estas alturas del año. Rodríguez Martínez indicó que el Lérez "circula a un 95% de lo habitual" en noviembre, con tan poco caudal que la Xunta ya emplaza a los concellos a adoptar medidas de recorte de "los usos no esenciales del agua".

Augas de Galicia mantuvo ayer la primera reunión de coordinación con once municipios de la cuenca del Lérez y de la ría de Pontevedra con el fin de implicar a todos ellos en la adopción de medidas contra la sequía. Acudieron el concejal de Augas de Pontevedra, Raimundo González Carballo y los siguientes alcaldes: María Ramallo (Marín), Telmo Martín (Sanxenxo), Luciano Sobral (Poio), José Luis Poceiro (Vilaboa), Jorge Cubela (Cerdedo-Cotobade), Xosé Fernández Abraldes (Barro), Julio Sayáns Campo Lameiro), Félix Juncal (Bueu), José López Campos (A Estrada) y Belén Cachafeiro (Forcarei).

En la reunió "se analizó la situación tras decretarse la alerta y las razones que nos llevaron a ella", que no son otras que el escaso caudal del Lérez tras una constante escasez de lluvias durante el último año, aparejado a la desaparición de manantiales, pozos y otras fuentes de agua. También se reclamó a cada concellos una información detallada, parroquia por parroquia si es posible, del estado de sus recursos, así como medidas ya adoptadas o previstas, así como qué porcentaje de consumo de cada municipio es para usos prescindibles. Todo ello se pondrá sobre la mesa en un próximo encuentro, a finales de mes.

Roberto Rodríguez dejó claro que lo primordial es "proteger el agua que tenemos y garantizar el abastecimiento a la población, e en esos objetivos el papel de los concellos es fundamental". También recordó que la normativa hidrológica establece unas prioridades de suministro, donde el consumo doméstico figura en primer lugar y el industrial en quinto puesto, de ahí que esta misma semana está previsto activar la orden a la empresa Ence para que limite su captación de agua del Lérez en un 50%, muy por encima del 20% que la propia compañía anunció en su día.

Pese a que esa limitación a la pastera fue anunciada por Augas de Galicia el viernes pasado, todavía no se ha aprobado de forma efectivas "por razones de garantías", pero sí se pide a los concellos reducciones inmediatas en riegos, baldeos e incluso a las empresas. En el caso de Ence la orden procede directamente de Augas ya que la compañía dispone de una captación propia en el Lérez, que está bajo jurisdicción de la Xunta. Para otras fábricas que se suministren con las traídas municipales, son los concellos los que deben decidir en cada caso.

Usos industriales

Rodríguez Martínez presentó el caso de Ence no tanto como una medida para mejorar la situación del Lérez (pese a que la fábrica de Lourizán consume más que todos los concellos de la ría juntos), sino como un "modo de marcar la dirección a seguir por los concellos y por dónde empezar para limitar usos no prioritarios". Al respecto, dijo que "el caudal del río responde a varias circunstancias, no solo a la captación de Ence". Contestaba así a las quejas del Concello de Pontevedra sobre las oscilaciones y pérdidas de caudal del río, que el gobierno local atribuye a la empresa, que cuenta con una captación propio en Bora, aguas arriba de la urbana de Monte Porreiro.

Augas de Galicia confía en que las medidas previstas para las próximas semanas sirven para hacer frente a una situación que nunca se había dado a estas alturas del año. Insiste en que "a día de hoy hay garantía de abastecimiento a la población" y se descartan cortes de suministro a corto plazo, pero advierte de que "esa garantía no es ilimitada y hay que empezar a anular usos no prioritarios", entre ellos los industriales.

Por ello, el envío de menos agua a centros como los polígonos de O Campiño y A Reigosa o al Puerto de Marín deben ser decididos por los concellos, en especial el de Pontevedra, que es el que gestiona la abastecimiento desde el Lérez a los demás territorios de la ría.

Lo que tiene claro este organismo autonómico es que "no podemos quedarnos parados esperando a que llueva", sobre todo porque las previsiones apuntan a que no habrá grandes precipitaciones en los próximos días y la evolución de todo el año está muy por debajo de la habitual. "Solo se puede revertir esta situación si llueve, que no depende de nosotros, y bien con reducciones del consumo", insiste Roberto Rodríguez.

Por el momento, las propuestas son de calibre medio (riegos, baldeos, fuentes ornamentales e incluso piscinas) pero en la reunión de ayer se informó de las "medidas de emergencia" que se podrían adoptar, aunque sin contemplan por el momento cortes de suministro. "Hablamos de mejorar las captaciones, buscar otros recursos y otras soluciones estructurales, pero no de reducir el suministro a la población porque este abastecimiento es lo que hay que garantizar a toda costa y es lo último a lo que se llegaría si no hay otras alternativas".

Insiste en que la situación actual del río es "anormalmente baja para esta época del año y que se prolonga desde hace varios meses. Circula un caudal que es un 95% más bajo de los habitual a estas alturas y en noviembre ya tendría que haber subido de nivel, pero lo cierto es que sigue bajando y con caudales más propios del verano".

Buena parte del contenido de la reunión de ayer entre la Xunta y los once municipios asistentes ya se resumía en una carta enviada la pasada semana por Augas de Galicia a los alcaldes. En ella se recordaba que "desde septiembre de 2016 las precipitaciones registradas fueron escasas, lo que repercute directamente en el caudal" del río, que "está por debajo de los niveles normales para esta época del año".

También se incidía en que la declaración de alerta lleva a contemplar medidas como "el establecimiento de limitaciones en las concesiones concedidas para los distintos usuarios del agua", como es el caso de Ence desde Augas de Galicia.

Además, se instaba a los concellos a la "limitación de baldeos y limpieza de calles y usos no esenciales y fomento de usos responsables del agua en las instalaciones municipales", la "intensificación de las labores de mantenimiento de la red de abastecimiento para minimizar las pérdidas y hacer una optimización del funcionamiento del sistema de abastecimiento", y una "labor de concienciación sobre los recursos en el riego y la ganadería".