Faro de Vigo

Faro de Vigo

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Belinda Martínez: "Hay muchísimas víctimas de maltrato machista muy jóvenes, es grave"

"Tenemos un problema social, la desigualdad está en nuestras estructuras"

La psicóloga Belinda Martínez. // Gustavo Santos

El Centro de Información á Muller (CIM) atiende cada año en Pontevedra a unas 700 mujeres víctimas de violencia machista, una lacra que lejos de desaparecer se perpetúa entre los más jóvenes, como denuncian profesionales como Belinda Martínez. Acompañada de la también psicóloga Melina Sinopoli, participó esta semana como invitada del programa Quérete Máis que se desarrolla en la sede de la Asociación de Amas de Casa, Consumidores y Usuarios "Rías Baixas". Ambas ponentes analizaron las heridas que arrastran las mujeres que son víctimas de estas agresiones.

- ¿Qué secuelas observan en las mujeres maltratadas?

-Nosotras sobre todo lo que vemos es una autoestima bajísima, bajo estado de ánimo, ansiedad, en los casos más graves estrés postraumático, las consecuencias afectan a todas las áreas de la vida y entre ellas también está el aislamiento social. Las personas que han vivido situaciones de violencia suelen experimentar un proceso en el que poco a poco se han ido aislando de su entorno, incluso del más cercano.

- ¿La violencia machista tiene una pauta, un modo específico de evolucionar?

-Nosotros queremos hacer mucho hincapié en eso, porque es lo que nos resulta más difícil a la hora de detectarlo como sociedad, en que el maltrato siempre es un proceso que empieza por unos niveles normalmente de violencia bajos y que nos resultan muy difíciles de detectar. Es un proceso en el que la víctima va viendo como poco a poco la confianza en sí misma se ve mermada, se va aislando poco a poco del entorno, pero siempre de una forma muy sutil, siempre decimos que los niveles más altos de violencia, que son los que detectamos socialmente, los más visibles, se producen cuando la víctima ya ha sufrido a nivel psíquico un desgaste emocional muy profundo.

- ¿Existe un perfil de víctima o en realidad lo único que la convierte en ello es la desgracia de haber topado con un maltratador?

-Esta pregunta es crucial y la tratamos en la conferencia porque como sociedad necesitamos entender qué es lo que pasa, qué sucede en las víctimas, pero debemos hacer muchísimo hincapié en que no hay un perfil de víctima, el perfil de víctima es el ser mujer y estar en una relación machista, y eso por desgracia depende de que el maltratador decida ejercer ese maltrato, esa violencia, esa desigualdad de poder, y no de que la víctima tenga unas características personales porque es un proceso y ese desgaste le puede pasar a cualquier mujer independientemente de su perfil.

- ¿Es muy extenso el proceso de recuperación de la víctima?

-Es complejo concretar porque depende de muchos factores, entre ellos la gravedad, la duración, el apoyo social, porque tenemos que resaltar muchísimo que la sociedad tiene un papel fundamental en esto, es fundamental lo que haga el entorno, por eso debemos conocer bien esta problemática todos los que desde fuera podemos ayudar. Y luego la recuperación, como decía, depende de muchos factores, los que apuntaba e incluso de los factores propios de la personalidad de la mujer y de que tenga alrededor a los profesionales con la formación necesaria, profesionales que estén bien formados en la magnitud de este problema, porque si no puede tener unas consecuencias para la víctima.

- Este año van varias mujeres asesinadas más que en estas mismas fechas de 2016 ¿se explican los profesionales la perpetuación de estos casos a pesar de todas las iniciativas para atajar la violencia machista?

-Bueno, el plano asistencial se está cubriendo pero tenemos un problema social, tenemos que trabajar en que como sociedad esta desigualdad de poder está en nuestras estructuras, que tenemos que ser críticos en nuestro día a día con estas desigualdades de poder, que en principio son pequeñas pero que se hacen siempre grandes. Tenemos que tener más capacidad crítica como sociedad para poder detectar antes el maltrato.

- Basta ver un debate televisivo para percibir los niveles de agresividad, en este caso verbal y por cualquier nimiedad, que alcanzamos ¿como sociedad nos hemos acostumbrado a recurrir a la violencia para resolver los problemas?

-Si, ese es otro de los puntos que queríamos hablar, los factores que como sociedad nos hacen perpetuar ese tipo de prácticas y creemos que la normalización de la agresividad en nuestra sociedad hace que no seamos capaces de detectar la violencia cuando aparece porque la tenemos bastante normalizada, es algo que hay que trabajar desde todos los sectores sociales.

- Otro elemento central son los niños ¿detrás de la mayoría de maltratadas hay menores víctimas?

-Si, de hecho nosotros en el despacho hemos tenido que ampliar el área asistencial en este sentido y mi compañera es la que se encarga de estas secuelas que se producen en los menores, que al final son víctimas también. Ese es otro de los puntos que hay que tratar en la charla, nos encantaría hacer una ponencia solo con eso pero no se puede trabajar todo, es un tema fundamental.

- Los informes de la Concellería de Igualdade constatan ya no solo la continuidad sino un incremento de los casos de violencia machista entre los adolescentes ¿también perciben ustedes este repunte?

-Si, es un problema de una magnitud que deberíamos situarlo en primera línea de acción. Las formas de ejercer la violencia cambian y tenemos que estar preparados y en constante formación para poder detectarlas, las formas de ejercer la violencia cambian pero sigue siendo violencia, lo que sucede es que a veces nos resulta indetectable y eso es algo en lo que tenemos que trabajar, en detectar esas nuevas formas de violencia porque se están produciendo y porque hay muchísimas víctimas de maltrato machista muy jóvenes, es efectivamente un problema grave.

- ¿Es una visión tópica la de que el maltratador no se rehabilita?

-La rehabilitación del agresor no es en lo que más trabajamos nosotros, existen grupos para eso, pero es un proceso muy largo porque tenemos que deconstruir muchas cosas que hemos aprendido en torno a qué papel ocupamos en la sociedad, en torno al amor, a la agresividad, es un cambio muy profundo el que hay que experimentar en la forma de actuar y de ejercer el poder. ¿Se recupera? Creo que con los profesionales adecuados y tras un proceso largo no hay motivos para que no se recupere pero también es un proceso prolongado, eso desde luego.

Compartir el artículo

stats