Florencio Alonso Calvar, vecino de Mos de 71 años de edad, acusado de matar a su mujer a golpes en diciembre de 2015, guardó silencio cuando la presidenta del tribunal le ofreció la última palabra. El acusado rehusó hablar, como lo habría hecho en buena parte del procedimiento, como recordó ayer la fiscal en sus conclusiones.

Florencio Alonso siguió las conclusiones del ministerio fiscal, de la acusación particular de la Xunta de Galicia y de su propia abogada con la mirada baja y las manos cruzadas sobre el regazo, sin mostrar emoción alguna, al igual que lo había hecho durante todo el proceso, según instructores e investigadores.

Tras su último "no" al ofrecimiento de decir algo en su defensa, la conclusión del caso está ahora en manos del jurado popular que deberá decidir si es inocente o culpable. Se enfrenta a una petición de condena de 22 años de cárcel.

El jurado fue citado por la presidenta del tribunal de la Audiencia Provincial de Pontevedra para iniciar la deliberación a las 10.30 horas de hoy.

Conclusiones

En la última sesión de la vista oral, el jurado escuchó las conclusiones de los peritos que abrieron muchas dudas sobre la autoría del asesinato de Marina Rodríguez y que la abogada de Florencio Alonso se encargó de subrayar. Entre éstas, que ninguna de las fibras extraídas de las uñas del acusado se correspondía con las ropas de la víctima, o que los cabellos humanos localizados en el lugar del crimen eran morenos, cuando el acusado tiene todo el pelo blanco.

En cuanto a las muestras de ADN extraídas de las ropas y objetos vinculados con la víctima y el escenario del crimen, los peritos solo pudieron constatar que los indicadores pertenecen a los varones de esta familia, pero a ningún individuo concreto. Es decir, podrían pertenecer a un hijo o al padre de Florencio, si viviese, como subrayó su abogada.

En cuanto a las declaraciones de los agentes que tomaron parte en los primeros momentos de la investigación, "me han dejado ojiplática", dijo la abogada de Alonso Calvar, al repasar las respuestas del sargento del puesto de la Guardia Civil de Mos que atendió al acusado el día de los hechos.

Sin pruebas contundentes

"No hay ninguna prueba contundente, ni biológica, ni química; la instrucción se ha quedado coja y la investigación ha sido deficiente", aseveró la letrada, para recordar al jurado que solo una prueba de cargo, es decir aquella que puede demostrar la culpabilidad, puede condenar al acusado.

La defensora de Florencio Alonso subrayó el hecho de que ser una persona poco emotiva o inexpresiva no es motivo para condenar a nadie y denunció que su representado llegó al proceso "prejuzgado desde el primer momento".

Fiscal

De algunas de estas consideraciones de la defensa quiso prevenir a los miembros del jurado la fiscal, quien hizo un relato exhaustivo de los hechos conocidos y de la causa de la muerte de Marina Rodríguez, para concluir que el único autor posible es su marido.

La fiscal, que pide una pena de 22 años de cárcel para el acusado como culpable de asesinato, expuso al jurado todas las pruebas que descartan que Marina Rodríguez se autolesionase, fuese víctima de una violación, sufriese un accidente, un robo violento, o incluso un ajuste de cuentas.

También expuso las pruebas que a su juicio descartan que cualquier otra persona, como los hijos de la víctima (con quienes coincidiría el ADN identificado) pudiesen ser los autores del asesinato. Descartados otros autores y motivos de la muerte, para la fiscal -así como para la representante de la Xunta de Galicia- no puede haber más autor del crimen que Florencio Alonso Calvar.

En la vista celebra ayer (y entre continuos problemas técnicos que obligaron varias veces a suspender el juicio) se expuso un vídeo que demostraría que en el momento en que los forenses fijan la hora de la muerte, el hijo de Marina Rodríguez estaba en un estanco situado lejos de la vivienda familiar en la que se produjo el crimen.

El acusado "mintió"

La fiscal hizo además un minucioso recorrido por todos los escenarios y horarios apuntados tanto por el acusado en sus declaraciones como por los testigos, para concluir que el acusado "mintió" a la hora de elaborar su coartada y que su hijo no pudo ser el autor.

Reprobó también que el acusado, tras supuestamente encontrar el cuerpo de su mujer inerte en casa, no llamase a una ambulancia, ni a sus hijos, ni acudiese a pedir ayuda al bar de enfrente, ni a ningún vecino, sino que decidiese acudir al cuartel de la Guardia Civil de Mos, conduciendo su automóvil y allí "esperar tranquilamente 15 o 20 minutos a que lo atendiesen, sin decir nada".

La fiscal instó al jurado a "aplicar el sentido común" y "hacer justicia por Marina".

Ningún familiar o allegado de la víctima asistió a la última sesión de la vista.