Hay juicios que parecen malditos. Y el que sienta en el banquillo al gerente de una empresa que vendía casas de madera en Cotobade es uno de ellos. Para empezar, esta es la segunda vez que se celebra, dado que un fallo en el sistema informático de grabación que registra las sesiones del juicio obligó a la Sección Segunda de la Audiencia a tener que repetir la vista. Tras alguna que otra nueva suspensión, ayer por fin se pudo iniciar esta repetición, con el acusado, José Manuel M. R. insistiendo en que no había ánimo de engañar a los acusados y las víctimas asegurando que este hombre recibió dinero para la construcción de unas casas de madera que nunca llegó a instalar en Tomeza y Campo Lameiro. Sin embargo, el juicio volvió a suspenderse al no comparecer un testigo clave.