Los vecinos de Ponte Caldelas hacen frente a las consecuencias de los incendios forestales con sus propias manos. Unos doscientos vecinos y voluntarios trabajaron durante la jornada de ayer para esparcir más de un centenar de pacas de paja por las laderas que hacen vertiente a los manantiales. Tratan de evitar la erosión del terreno y la pérdida del manto vegetal que pueda quedar en los montes, además de mitigar la contaminación de las aguas, con el arrastre de ceniza procedente de los incendios.

Para ello se desplegaron por distintas zonas del municipio para esparcir unas 30 toneladas de paja y otras 10 de restos de podas y material vegetal.

La actuación se realizó mediante la colaboración de una veintena de cuadrillas de voluntarios, con paja adquirida por el Concello de Ponte Caldelas, además de hierba procedente de desbroces de las comunidades de montes de Antas y una aportación de material de compostaje donado por el Concello de Pontevedra.

Las pacas de paja adquiridas por el Concello de Ponte Caldelas llegaron en dos camiones procedentes de Castilla-León y fueron distribuidas por las zonas más afectadas gracias a la colaboración de una docena de vecinos, que en las jornadas previas trabajaron con sus propios tractores para distribuir el material.

Se trató, en todo caso, de una actuación "de urgencia, muy puntual y muy localizada" -explica la coordinadora de las brigadas e ingeniera forestal, Gloria Bustingorri-, que se realiza en un porcentaje de superficie afectada "muy bajo" y que tiene por objetivo mitigar los efectos de la erosión y de la contaminación sobre los manantiales que abastecen de agua potable a muchos núcleos de Ponte Caldelas.

Algunos vecinos que asistieron a esta jornada de trabajo lamentaron la "nula" respuesta del gobierno de la Xunta de Galicia a esta emergencia, en una actuación promovida por los propios residentes y con la única colaboración del Concello.

Los vecinos saben que esta intervención no logrará paliar todos los efectos secundarios de los incendios sufridos en la noche del pasado día 15, si bien "ayuda" a proteger varios manantiales.

Cruzando los dedos para que ni se produzcan nuevos fuegos -aunque ayer hubo algunos conatos entre Ponte Caldelas y Cotobade, en Borela- ni lleguen lluvias torrenciales que echen al traste este trabajo, los vecinos saldrán de nuevo a proteger el suelo. A última hora de ayer se convocaron para continuar la tarea hoy, a partir de las diez de la mañana.

Carlos Couselo

"Si llegan las lluvias esto va a ser un desastre, un caos absoluto"

Además de colaborar a esparcir la paja, en los días previos Carlos Couselo trabajó para distribuir los fardos, con su propio tractor, por las zonas de trabajo. Explica que fueron 12 los tractores cedidos por los propios vecinos para esta tarea, quitando tiempo a sus ocupaciones y familias. "El terreno quemado es un paisaje lunar, esto va a ser un desastre si llegan las lluvias, un caos absoluto".

Lola López

"No veo reacción alguna por parte de la Xunta o la Diputación Provincial"

"Solo podemos actuar en las zonas de más riesgo porque no tenemos ni manos ni material para cubrir todo lo necesario", explica esta vecina que trabajaba en un monte de A Ínsua para proteger el río Oitavén. Lola López lamenta la ausencia de las administraciones en estas tareas. "No veo reacción alguna de la Xunta o de la Diputación, solo del Concello y de Mapfre que nos aseguró gratis".

Lucas Ferreira

"El Gobierno: ausente; la gente protesta, pero aquí estamos pocos"

Lucas Ferreira tiene claro el problema: "El Gobierno: ausente, inexistente para estas cosas; la gente, muchos hablan y protestan en las redes sociales, pero yo aquí veo a pocos echando una mano, y así nos va". Este joven de A Ínsua valora la actuación del Concello que aportó la paja y otros materiales. "Y si nos traen más seguiremos trabajando para salvar al menos los manantiales".

Isabel Pregal

"Si la ceniza alcanza los manantiales, nos quedamos sin agua"

"Son muchas hectáreas quemadas y solo podemos cubrir lo esencial", explica Isabel Pregal. "Tenemos que evitar que la ceniza llegue a los manantiales porque nos quedaríamos sin agua en las casas", añade esta vecina de A Ínsua, para quien la actuación realizada ayer "se queda escasa pero es necesaria, vale para proteger al menos lo más urgente", dice, antes de demandar más apoyo oficial.