Más de un millar de vecinos de Ponte Caldelas sufren problemas de agua desde el pasado domingo, ya que el fuego, que afectó a un 25 por ciento de la extensión total del municipio, según las primeras valoraciones de los técnicos consultados por el Concello, quemó muchas de las conducciones de los manantiales que dan servicio a la población. A Ínsua, Rebordelo, Rego do Bargo, Covelo, Xustáns, A Roca son algunas de las zonas afectadas. Es solo uno de los motivos por los que el gobierno local pedirá a la Xunta de Galicia que declare el municipio como zona catastrófica, mientras, a nivel local, se establece una línea de ayudas para los damnificados.

La agenda municipal incluye una reunión con las comunidades vecinales de traídas de aguas esta tarde. El encuentro estaba fijado, en principio, para abordar el impacto de la sequía y ofrecer el asesoramiento necesario para tramitar las ayudas autonómicas de cara a la ampliación y mejora de las traídas. Tras los fuegos del pasado fin de semana, servirá también para valorar la situación, ya que son varios los pueblos que no tienen agua.

Ayer mismo, desde el Concello se facilitó la compra de material de acometidas de aguas inutilizado por las llamas. Asimismo, se ofreció material a comunidades como la de Roca para la reposición de la conducións derretidas.

Por otro lado, se envió una cisterna a Gradín para reponer parcialmente el depósito de la traída, ya que los vecinos tuvieron que echar mano de él para hacer frente al fuego el domingo.

Además de problemas en el suministro de agua, durante el fin de semana un centenar de vecinos sufrieron cortes de luz durante los incendios. En el caso de Chaín y A Ínsua fue por daños en la línea de baja tensión y en las acometidas a casas concretas. También hubo una avería al caer un árbol ardiendo sobre una línea de media tensión que suministra a Taboadelo y Parada. La empresa suministradora de electricidad para Ponte Caldelas procedió a restablecer el suministro, tal y como informó el propio alcalde, Andrés Díaz.

"El de hoy ha sido un día para la reflexión y de valoración de los daños. Es un panorama desolador", resume el regidor caldelán, que destaca la solidaridad del pueblo.

"Tuvieronque hacer frente en solitario al fuego, en precario y con la única ayuda de los operarios municipales,que arriesgaron sus vidas", se lamenta.

En este sentido, critica duramente a la Xunta de Galicia: "En cinco horas no apareció nadie, por eso hay gente a la que les ardió su modo de vida, su maquinaria, tractores...".

"Fue un abandono absoluto. Un problema de extrema gravedad. Un alcalde tiene que tener línea directa con el 112", asevera.

Díaz asegura que el hecho de que no hubiera daños humanos fue todo un milagro. "No pasaron accidentes por suerte, porque tuvimos que sacar a la gente a la fuerza de sus casas. No hubiera sido posible sin la ayuda de la Guardia Civil", señala.

Al igual que el Concello, también la Mancomunidade de Montes insta a la Xunta a que se declare Ponte Caldelas como zona catastrófica.

José Manuel Cal, presidente del colectivo, recalca que en el inicio del fuego la única ayuda con la que contaron los vecinos fue durante las primeras horas la de la motobomba del Concello. "Fue en Chan das Viñas, una zona que precisamente habíamos trabajado y clareado. Habíamos hecho un trabajo descomunal, pero el fuego arrasó con todo", subraya. En su opinión, el problema fue que el terreno estaba muy seco y que el viento ayudó a la propagación de las llamas.

Cal es, además, el secretario de la Comunidade de Augas de Ponte Caldelas. "Ardieron las tuberías, que se mantenían acondicionadas. De hecho, no hace mucho se llevaron a cabo algunos trabajos de acondicionamiento. Ardió la tierra y con ella las tuberías, porque en algunos sitios hay muchas piedras y no se pueden enterrar más", informa. "Estamos sin agua, porque de siete u ocho manantiales solo funcionan dos", especifica.

"Yo ya tenía la sensación de que ese era el día para un gran incendio. Yo llevo unos cuantos incendios y este ha sido el peor de los últimos años", considera.

Al igual que el gobierno local, José Manuel Cal cree que se debió declarar el nivel 2 en el fuego en el municipio. "Si eso supone daño para las viviendas, aquí lo hubo, ya que ardieron casas y a distancias muy cortas de otras".

No tiene ninguna duda de que el fuego fue provocado. "Sin duda alguna, porque llevamos un verano de bastante sequía, pero un día como el del pasado domingo con esas condiciones no se había dado. En 2013 hubo uno y también fue sobre la misma hora. Entonces sacrificamos una parte de monte para evitar que llegara al pueblo", recuerda.

La Mancomunidad de Montes tenía previsto acometer trabajos próximamente. "Esto ha sido una trama muy superior. O bien intereses económicos o bien otro tipo de intereses, para hacer daño. Piensas y hablas muchas cosas. Se te pasan muchas por la cabeza", opina.

Ahora, la prioridad es restablecer el suministro del agua, ya que se vieron afectadas tanto las mangueras genéricas, de aldeas como Tourón o A Roca, y las de acometidas particulares. Además, se prevé que los problemas vayan a más con la contaminación de cenizas de pozos y manantiales.

"Hay que ser un poco previsores y, en vista de lo que ha pasado, traer las conducciones de otra manera", indica José Manuel Cal. "Lo primero son los vecinos y el agua", recalca.

Precedentes en 2015

Las críticas a la gestión forestal desde la Xunta también llegan desde la Organización Galega de Comunidades de Montes Veciñais en Man Común, que recordó ayer que el incendio de Ponte Caldelas tuvo precedentes con el mismo lugar de inicio en el año 2015. "Los grandes fuegos que ahora llaman la atención en forma de catástrofe con vidas humanas tuvieron precedentes en los últimos años, pero no contaron con la ventaja de la climatología de estas fechas", informó.