Las personas afectadas por el fuego que en los últimos días afectó a Ponte Caldelas son el principal objetivo del Concello, que abrirá una cuenta corriente para recaudar fondos para los damnificados. y tiene previsto organizar un festival solidario. Los técnicos municipales elaborarán unas bases y la formulación jurídica que permita garantizar un reparto justo, transparente y legal.

El Concello ya dispone de unos formularios para recoger valoraciones preliminares, por lo que se aconseja a todas las personas y empresas perjudicadas que se acerquen por las dependencias municipales aportando las fotografías necesarias en cualquier tipo de dispositivo.

En la aldea de A Ínsua resultaron afectadas al menos dos viviendas habitadas, una de ellas es la de la familia formada por la pareja Elena Buch y Harry Price y sus tres hijos, de 7 meses y 4 y 7 años. Todos ellos fueron realojados por el Concello en una nueva vivienda en Caritel, en la que se les facilitó el suministro eléctrico, se reparó la campana extractora y se les instalaron unas camas con ropa de emergencia para hacer frente a varios días.

"Entiendo que un ayuntamiento en estas situaciones se vea desbordado. Somos muchas las parroquias afectadas", dice, agradecida, Elena Buch.

Ella y su familia tuvieron que huir del fuego "in extremis", ya que este terminó con buena parte de sus pertenencias, entre ellas un autobús antiguo que habían reconvertido en parte de su casa. En la vivienda principal, de madera, se salvaron dos estancias: la cocina y el salón. El resto, incluida toda su ropa, quedó consumido por el fuego.

"Fue una catástrofe. Yo nunca viví un atentado, pero la sensación debe ser muy parecida", confiesa Elena Buch.

Tuvieron que salir con lo puesto y solo pudieron salvar sus documentos y sus instrumentos de trabajo, la cámara de ella, fotógrafa, y el violín de él, músico.

"Yo temía por los niños, pero ellos, al final, tienen mayor capacidad de adaptarse a las nuevas situaciones que los adultos. Estaban muy impresionados por todo lo que estaba pasando. Cuando íbamos en el coche y el mayor me vio tan nerviosa me dijo: no te preocupes, mamá, que si se quema la casa la volvemos a hacer", recuerda emocionada.

La familia llegó a temer por su vida, ya que huyeron en el coche. "No había nadie que te orientara. Tenías que hacer lo que te dictaba el instinto. Fuimos hacia arriba, pero si hubiéramos ido hacia abajo, en otra dirección, a Silvoso, ahora seríamos una familia muerta. Nunca pasé tanto miedo", resume.

"No se respiraba, no se veía. Cometes un error y mueres. No quiero que me pase esto otra vez. Sientes mucha impotencia", sentencia.

El CRA de Meis ha iniciado una campaña de recolecta de ropa y calzado para esta familia a iniciativa de una de sus profesoras, procedente de Ponte Caldelas.