Los Bomberos de Pontevedra participaron en las tareas de extinción en el sur de la provincia -donde también colaboró Protección Civil de Moraña en labores de desalojo de afectados- porque el Concello decidió ofrecer ayuda a los Bomberos de Vigo, dado que en esta ciudad "estaban desbordados y los servicios municipales se dedican a los incendios urbanos, con riesgo para las personas". Así lo apuntó ayer el alcalde, Miguel Fernández Lores, que subrayó que "nadie nos llamó" para actuar en estos operativos, si bien el 112 señala que sí pidió la ayuda de los Bomberos para intervenir en Ponte Caldelas.

En el mismo sentido se pronunciaba el concejal Raimundo González Carballo. "Nos ofrecimos a Vigo porque su situación era muy grave. Desde allí, se nos movilizó a donde era necesario". El edil indicó que "la magnitud de los incendios no era previsible, pero sí que las condiciones se daban para que hubiera muchos, con sequía y viento". Criticaba de este modo la "ausencia de coordinación" desde la Xunta, una opinión que comparte Lores: Es necesaria una política forestal más seria porque de seguir por este camino nos vamos a quedar sin monte y sin país".

Aunque apuntó que lo prioritario es "apagar ahora todos los incendios para después analizar las causas", sí insistió en que "falta previsión" y puso de manifiesto el hecho de que los fuegos se concentren estos días en Galicia, Asturias y Norte de Portugal, unas localizaciones que atribuye al "monocultivo del eucalipto que es necesario atajar y disponer de un monte mucho más diverso y productivo".