El Concello de Barro fue uno de los que más sufrió en las últimas semanas por la falta de lluvias. La escasez de agua le llevó a decretar cortes nocturnos en el suministro para garantizar el servicio. Sin embargo, días atrás, los trabajos por parte de empresas especializadas dieron sus frutos: se encontró una nueva captación que ha aliviado momentáneamente la situación.

Pese a ello, el alcalde, Xosé Manuel Fernández Abraldes, reconocía que la situación "sigue siendo complicada". "De momento, vamos justos. Estamos en la reserva, pero aguantamos. Ahora bien, no sé hasta cuándo", expresaba el regidor.

Abraldes informaba de que el nivel del agua en los cuatro manantiales que abastecen al municipio "nunca había bajado tanto como en este agosto". Según el regidor, tres de estas fuentes de agua son "escasas" y la cuarta es algo más grande y hasta ahora "suponía una garantía".

Pese a ello, estos manantiales solo sirven a un 15% de la población del municipio. "Prácticamente al núcleo de San Antoniño y poco más. Serán unos 500 ó 600 vecinos. El resto tiene soluciones particulares, pero también está haciendo malabares para contar con agua", destacó.

Este escenario obliga al ahorro. Y los habitantes de Barro están cumpliendo: "Están haciendo muchos esfuerzos, porque el consumo a día de hoy es la mitad que a principios del verano. Saben cuál es la situación y son consecuentes".

Precisamente Abraldes no esconde que esta situación es la que "más preocupación genera en la corporación y en la que más se trabaja". Porque Barro entiende que este problema podrá "reproducirse en el futuro". Por ello, busca posibles soluciones como encontrar nuevas captaciones u optimizar al máximo las actuales.