El Concello de Pontevedra ha anunciado hoy que se dirigirá oficialmente a la Xunta para que adopte las medidas oportunas con el objetivo de "controlar" el consumo de agua que hace la empresa Ence "en plena sequía". La decisión obedece a las oscilaciones constantes del caudal del Lérez, con una captación de la empresa en Bora y otra para la ciudad aguas abajo.

El portavoz del gobierno local, Raimundo González, ha responsabilizado a la empresa pastera de esas oscilaciones que afectan al abastecimiento de los municipios de Pontevedra, Poio, Marín, Ponte Caldelas y Sanxenxo.

El edil del BNG ha explicado que el pasado fin de semana los servicios técnicos alertaron de que el nivel del río había bajado a 1,9 metros cúbicos por segundo, un nivel que obligó a recurrir a las reservas de agua del embalse del Pontillón do Castro.

Tras dar la alerta, en cuestión de días se recuperó el caudal y el martes ya estaba en 4,4, pero la situación no se quedó ahí, sino que paulatinamente ha vuelto a reducirse a 1,89 metros cúbicos, sin que se hayan producido ni precipitaciones ni condiciones meteorológicas más duras.

Ante esta situación, el Concello pide a la Xunta que obligue a Ence a reducir su consumo de agua y, si persiste la situación de sequía, a dejar de captar del río Lérez.

González descarta que estos cambios se hayan producido por el consumo de los ciudadanos, ya que la cantidad de agua que ha desaparecido supone siete veces lo que consumen los ciudadanos de Pontevedra y su entorno.

Ence, según el ayuntamiento pontevedrés, "tiene que dejar de despilfarrar agua".

Desde la compañía, sin embargo, niegan que esta situación sea responsabilidad suya, ya que la captación de agua había sido "la misma que en otras ocasiones" y la variación del cauce no guardaba relación con su factoría de Lourizán.