Frente a las sospechas del Concello, la empresa Ence niega con rotundidad haber adoptado medida alguna que hubiera afectado, positiva o negativamente, al caudal del río. Telefónicamente ya lo hizo el martes y ayer y después emitió un comunicado en el que informa de que "la variación del caudal del Lérez no tiene ninguna relación" con la fábrica de Lourizán. Aún así, añade que "la fábrica de Ence aplicó hace semanas medidas para la reducción del consumo de agua con el objeto de contribuir en todo lo posible los efectos de la fuerte sequía que padece Pontevedra y su comarca".

No aclara, en todo caso, el porcentaje de recorte de esos consumos ni si se trata ya de la aplicación de un plan anunciado en 2015. Hace dos años, la compañía anunció un proyecto, vinculado a la prórroga de la concesión y valorado en más de 20 millones de euros, para reducir en un 90 por ciento el agua que consume. Denominado "Novo ciclo da auga" el plan pretende pasar de consumir 39.000 metros cúbicos de agua del río Lérez a unos 3.900, que se seguirían vertiendo al emisario submarino. Este plan suponía además la supresión de las balsas de decantación ubicadas en los terrenos del complejo industrial.

Según sus propios datos, la empresa capta unos 39.000 metros cúbicos al día del Lérez, mientras que Pontevedra, Poio, Marín y Sanxenxo consumen, a día de hoy, unos 33.000 cada día.