La PO-308 entre Poio y Sanxenxo es objeto desde hace unos días de un plan de mejora de su asfalto y señalización, unas obras que llegan en pleno debate sobre las deficiencias de seguridad vial en esta carretera. Los trabajos se centran sobre todo en el tramo entre Combarro y Sanxenxo, donde se han producido algunos de los accidentes mortales de los últimos meses, como el ciclista atropellado en abril pasado en Covelo o el peatón fallecido en septiembre en Raxó.

Al debate sobre la PO-308, con especiales quejas de los usuarios de la bicicleta, se une también el referido a la carretera de Campelo, pendiente desde hace años de que la Diputación ejecute unas aceras, y donde en la noche del lunes fue arrollada una octogenaria, que resultó herida grave.

Las obras en la PO-308 fueron adjudicadas en su día por la Axencia Galega de Infraestructuras. En julio se publicó la contratación de trabajos parciales de asfaltado en tres carreteras autonómicas de la comarca, una de ellas la PO-308 entre Pontevedra, Poio y Sanxenxo. También figuraba una vez más la PO-531, objeto de estos "parcheos" en los últimos años. La otra carretera era la PO-226 entre Cuntis y Porráns. El precio de adjudicación es de unos 684.000 euros y la empresa elegida es Covsa.

Alternativas

Tras el último atropello mortal, el alcalde, Luciano Sobral, señalaba que "las cosas no avanzan y es necesario que todas las gestiones vayan más deprisa" en referencia a la colocación de aceras y la creación de sendas peatonales y ciclistas, anunciadas hace un año pero aún pendientes.

La principal demanda a corto plazo es la construcción de aceras, pero para el regidor poiense la solución va más allá de esa intervención. En el actual grupo de gobierno ven la necesidad de apostar por un vial alternativo. "Para tener futuro estamos convencidos de que una carretera alternativa, que comunique con el Salnés y con Pontevedra, sería la mejor opción para descongestionar la PO-308 de tráfico y convertirla en una carretera más urbana, especialmente en los núcleos de población" apunta Sobral.

En el pasado ya se descartaron otras propuesta realizadas a la Xunta por el Concello como la de reducir la velocidad máxima permitida a 30 kilómetros por hora en los núcleos de población o la instalación de reductores de velocidad en alguno de estos puntos de mayor afluencia peatonal. Estas posibilidades fueron descartadas desde el gobierno autonómico porque la actual normativa no permite la colocación de "lombos" en vías autonómicas con un volumen tan alto de circulación.

Así las cosas, la única intervención que se ha realizado en los últimos años en esta carretera han sido reasfaltados y la instalación de unos semáforos en Combarro, a la altura de la bajada al puerto deportivo.

La Xunta tiene en marcha un proyecto para construir una senda de uso compartido entre peatones y ciclistas. Este camino se haría entre Covelo y Raxó en el margen izquierdo de la carretera, dirección Sanxenxo, Para poder proceder a su construcción es necesaria la expropiación de algunos terrenos.