Con unas precipitaciones muy escasas -apenas sesenta litros acumulados en los últimos tres meses- y unas temperaturas en los últimos días en la barrera de los treinta grados, los efectos sobre las reservas de agua para el consumo humano comienzan a ser catastróficos.

El Concello se ha visto obligado a reabrir la captación de agua desde el embalse del Pontillón ante la drástica caída del caudal del río Lérez. Se trata de la primera medida de emergencia que se adopta este año en Pontevedra ante la sequía -en otros municipios ya fe necesario recurrir incluso a camiones cisterna- para mantener el suministro a la población, pero el gobierno local no descarta recortes futuros en el uso del agua, como reducir los riegos de jardines o emplazar a Ence, que dispone de una captación propia en Bora, a atenuar su propio consumo.

En todo caso, el concejal de Augas, Raimundo González Carballo, quiso subrayar ayer que "el abastecimiento a la población está garantizado" al menos durante las próximas semanas y sin restricciones, a la espera de que regresen las lluvias.

El embalse del Pontillón, con un 94% de ocupación, se mantenía cerrado desde hace seis meses como "reserva" de agua para situaciones de emergencia como la actual. La decisión se adoptó el pasado sábado cuando se comprobó "con sorpresa la sustancial bajada del caudal en el río Lérez, que en apenas una semana perdió el 30% de su nivel al pasar de 2,73 metros cúbicos por segundo el día 2, a apenas 1,90 metros cúbicos ayer lunes sin que se produjese aumento alguno del consumo entre los habitantes de Pontevedra, Poio, Marín, Sanxenxo y el polígono de A Reigosa, en Ponte Caldelas.

De hecho, si hace una semana se rondaban los 33.000 metros cúbicos facturados en un día, ahora se sitúa en 32.800, según los datos aportados ayer por González Carballo. A partir de ahora, el 40% de ese consumo -unos 13.000 metros cúbicos- se captan directamente del Pontillón y el 60% restante continúa bombeándose del Lérez. No obstante, no se descarta que el porcentaje del embalse aumente si continúa la pérdida del río en la estación de bombeo de Monte Porreiro.

El gobierno local confía en que este sistema sea suficiente para evitar las restricciones hasta que lleguen las lluvias. Al respecto, se recuerda que la presa de Verducido dispone de reservas para abastecer a la población durante al menos cuarenta días y sin el complemento actual del Lérez, con lo que se cree que se podrá superar esa sequía sin medidas más drásticas.

En todo caso, si no llueve en cuestión de semanas, el gobierno local ya tiene en mente algunas posibles actuaciones. De entrada, se reducirá el consumo propiamente municipal, es decir, el que incluye riegos de parques y jardines y baldeos de calles, así como el apagados de aquellas fuentes ornamentales que carecen de circuito cerrado de agua. Además, "se acudirá a otras entidades", especialmente a Ence, que dispone de una captación en Bora, aguas arriba de la estación de bombeo de Monte Porreiro. Justo hace seis años, en octubre de 2011, ya se adoptó esta medida ante la alarmante situación del río, incluso peor que ahora. Con un caudal también muy escaso, apenas se disponía de una lámina de agua de medio metro. A día de hoy ese nivel está ligeramente por encima de los dos metros.

En todo caso, el caudal del río -la cantidad de agua que entra en la presa de Monte Porreiro- es ínfima, ya que es un 60% menos que hace un año. Entonces era de más de cinco metros cúbicos por segundo y ahora es de menos de dos. Por ello, en el gobierno local causó sorpresa la decisión de la Oficina Técnica da Seca (OTS) de decretar la situación de alerta por sequía en seis zonas de la demarcación hidrográfica de Galicia-Costa, pero entre ellas no figuraba la del Lérez, si bien en su caso se acordó un seguimiento exhaustivo, que también realiza el Concello. Donde sí se implantó la alerta fue en la cuenca del Verdugo. La decisión se tomó después de que Augas de Galicia advirtiese de que los principales ríos llevan un caudal inferior al 50 por ciento a lo que sería habitual en esta época del año. Según Augas de Galicia, solo tres ayuntamientos gallegos trasladaron incidencias al organismo desde mayo. Uno de ellos fue el de Portas, que recibió agua de otros concellos vecinos

El río Lérez se sitúa a día de hoy un 60% por debajo de sus cifras normales de los últimos años si bien el Concello cree que no se entró en alerta para no incidir en los consumos industriales.