El cierre del convento de Santa Clara, con el traslado de sus tres últimas monjas "abre la posibilidad de recuperar ese gran patrimonio arquitectónico y ambiental para toda la ciudad". Así lo apunta el alcalde, Miguel Fernández Lores, que destaca el "máximo interés" del Concello por "liderar" un proceso negociador que permita no solo garantizar el mantenimiento del convento y todas sus edificaciones, sino también convertirlo en un "espacio público abierto a todos los ciudadanos".

Lores recuerda que todo el conjunto está catalogado y "se debe conservar" por lo que descarta cualquier posible uso inmobiliario. "No hay ningún interés en ese sentido y no lo vamos a permitir". Recuerda que, además de los edificios históricos, la huerta es "intocable", al igual que el muro perimetral, si bien no descarta alguna fórmula para incorporar esa zona verde a la colindante plaza de Barcelos.

El abandono de Santa Clara se suma a otros casos parecidos, como el cierre del Asilo y de la delegación de Hacienda en A Ferrería. Al respecto, el alcalde no prevé operación municipal alguna para el Asilo, pero sí anuncia que se negocia un convenio "con varias administraciones" para recuperar la sede ministerial "con el fin de reaprovecharlo y evitar su deterioro". Un Archivo Histórico sería su apuesta.