La Dirección General del Catastro del Ministerio de Hacienda explica que "la regularización catastral es uno de los procedimientos de incorporación al Catastro Inmobiliario de los bienes inmuebles urbanos y rústicos con construcción, así como de las alteraciones de sus características, en supuestos de incumplimiento de la obligación de declarar de forma completa y correcta las circunstancias determinantes de un alta o modificación catastral. Su finalidad es garantizar la adecuada concordancia de la descripción catastral de los bienes inmuebles con la realidad".

Aunque hay una gran variedad según los municipios, en el caso de la comarca de Pontevedra los casos donde se detectan más infracciones son las ampliaciones y rehabilitaciones, con más de la mitad de los casos. Después aparecen las nuevas construcciones no dadas de alta (un 24,5% aproximadamente) y después las reformas y cambios de uso, con un 21% de los casos. Las piscinas, uno de los elementos que se suelen ejecutar sin incorporarse al Catastro, solo suponen, en los municipios ya revisados, el 3% de todas las regularizaciones.

El plan establece que propiedades como galpones, naves agrícolas, invernaderos, hórreos, establos, cobertizos y otras construcciones auxiliares pasarán a tributar por el IBI, pero el ministerio aclara que "en modo alguno se valorarán como una primera vivienda. Será inferior y nunca como la residencia habitual.