A tiros en unos sitios, fumigaciones en otras, y, sobre todo, trampas casetas elaboradas por los propios vecinos con botellas y "cebos" de miel para atraer a las avispas velutinas y tratar de hacer frente a una plaga que no parece tener fin. En toda la comarca los afectados agudizan el ingenio y prueban todo tipo de métodos para atrapar a unos insectos que se han convertido en el principal inconveniente en todo el rural.

La colocación de botellas de plástico en las que quedan atrapadas las avispas es el sistema más habitual y ya apenas quedan fincas sin alguno de esos utensilios. Mientras tanto, el Concello de Ponte Caldelas ha criticado el "desinterés" de la Xunta en este problema "ya que la Consellería de Medio Rural se limita a entregar una pértiga y dos trajes y remiten todas las alertas a los concellos".

El alcalde, Andrés Díaz, explica que "los vecinos se quejan de que llaman al 112 y son remitidos los bomberos, que en la mayor parte de los casos no llegan a actuar". Añade que "en algunas ocasiones aparece personal de la empresa Tragsa cuando los propios vecinos ya tomaron la iniciativa buscando soluciones caseras, entre ellas disparar a los nidos".

Díaz apunta que hace unos días una familia mostró su preocupación por "la aparición de un nido en el tejado de una casa donde residen personas alérgicas a la picadura de las abejas".