La Guardia Civil de Pontevedra quiso ayer poner el foco sobre la intervención de un ciudadano, usuario de la AP-9, que no dudó en jugarse el tipo para tratar de eliminar una grave situación de peligro para el resto de usuarios de esta autopista. Se trata de Miguel Ángel Viqueira, un coruñés que se cruzó con un conductor que circulaba en sentido contrario por la autopista y salió corriendo detrás de él arriesgándose a un posible atropello con el objetivo de frenarlo y poder retirarlo de la vía.

Según explicaron ayer fuentes de la Comandancia, todo ocurrió en la madrugada del domingo a la altura del peaje de Vilaboa, en Figueirido. Un vecino de Mos, de 75 años, llegó al volante de su Peugeot 205 al peaje de Vilaboa y allí se percata de que está siguiendo una ruta equivocada. A pesar de que su intención era dirigirse a Mos, está circulando por la AP-9 en dirección hacia Pontevedra. Pese a las advertencias del personal del peaje y ante el asombro del personal de autopistas y del resto de usuarios, el conductor decide dar media vuelta en el mismo peaje y deshacer el camino andado dirigiéndose hacia Vigo por el carril izquierdo y en sentido contrario a la circulación, generando una grave situación de peligro.

Fue en ese momento, a los pocos metros de abandonar el peaje, cuando Miguel Ángel Viqueira se encontró de frente con el coche cuando circulaba por la AP-9. Tras esquivarlo, este usuario detuvo su vehículo y no dudó en bajarse del coche para perseguir a pie al vehículo del infractor hasta alcanzarlo, dado que circulaba muy despacio y de manera muy torpe, según indicaron fuentes de la Guardia Civil.

Esta persona, que trabaja como coordinador del Servicio de Salvamento y Socorrismo de A Coruña, también dio aviso al 112 mientras intentaba convencer al negligente conductor de que detuviese el coche. Cuando finalmente este paró el vehículo, se apoderó de sus llaves hasta que llegó al lugar una patrulla del destacamento de Tráfico de la Guardia Civil que se hizo cargo de la situación.

Triple de alcohol permitido

Cuando los agentes realizaron la prueba de la alcoholemia al conductor infractor comprobaron que superaba el triple de lo permitido en la tasa de alcohol de aire espirado. El vehículo quedó inmovilizado en el lugar y el conductor, al que se le investiga penalmente como un supuesto autor de un delito contra la seguridad vial, permaneció retenido por los agentes hasta que pasó a recogerlo un familiar.

La Guardia Civil quiso "elogiar públicamente" la conducta de este usuario que "sin dudarlo un momento se bajó de su coche y sorteando el riesgo de ser atropellado por los demás vehículos" que circulaban en ese momento por la AP-9 "sin preocuparse lo más mínimo por lo que allí estaba sucediendo".

Destacan también que, una vez que alcanzó el coche, logró enfrentarse a las intenciones de un conductor ebrio "cuyas reacciones eran impredecibles".

No recibió ayuda

Desde la Comandancia de la Guardia Civil de Pontevedra se destaca "la ejemplar actuación de este conductor" que consideran "el contrapunto a la actitud insolidaria del resto de los conductores que, a pesar de que observaron la gravedad de la situación, ni se detuvieron a prestar ayuda ni avisaron a la Guardia Civil (recuerdan el teléfono que es el 062) ni a los servicios de emergencia (112)".