Los últimos años fueron especialmente duros, para las Cámaras de Comercio de la Provincia -Vigo, Pontevedra, Vilagarcía y Tui- . Los órganos sufrieron en sus propias carnes con una especial virulencia los efectos de la crisis, la destrucción de tejido empresarial y el desempleo. La doble recesión tuvo un efecto directo en sus ingresos. Numerosas empresas se vieron en serias dificultades para abonar las cuotas de asociados y, en consecuencia, los órganos camerales vieron mermados sus recursos.

Ahora la situación ha cambiado y los datos indican que el periodo de crecimiento económico también se siente en la Cámara. En el último año registró más de 8.000 altas, una cifra que se ve, sin embargo, atenuada por la cifra de bajas, aunque en este segundo caso se corresponde también a la depuración del censo que se realizado.