Una treintena de padres presentaron ayer en el Concello cinco escritos y una hoja con firmas para denunciar el trato de la ludoteca ubicada en A Seca a los pequeños que acuden diariamente a ella durante el verano.

Estos padres llevaron a cabo esta medida para alertar sobre el "descontrol, la desorganización y la falta de higiene" de esta ludoteca y solicitaron al Concello que "tome medidas" contra la coordinadora de la ludoteca. "Queremos que cambien la dirección de la ludoteca", expresan.

Los padres aseguran que al principio del verano no conocían nada de lo que estaba pasando en la ludoteca, pero que, "poco a poco" se fueron dando cuenta de "la realidad" gracias a ver "situaciones" con sus propios ojos y a "los comportamientos de los niños".

En concreto, los progenitores explican que las condiciones de salubridad en las instalaciones del Colegio Isidora Riestra, durante el período estival usadas por esta empresa, son "pésimas". "Me sorprendió el estado en el que se encontraba la Casita Azul que usan", expone una de las madres.

Otra persona atestigua que una de las clases en las que los niños pasan parte del día sirve a la vez como comedor. "Un aula de actividades no debería funcionar como comedor. Deberían estar separados", expresan. Sin embargo, los padres profundizan más y añaden que un lunes acudieron a la citada clase y "olía horrible". "Había basura del viernes anterior. Era putrefacto", exponen.

Mientras, otra jornada "los platos del día anterior estaban recogidos, pero sin lavar", por lo que hubo que ventilar el aula a primera hora de la mañana para poder realizar actividades allí.

Otra de las denuncias relacionadas con la insalubridad es el estado y tratamiento de la comida. Los padres aseguran que han visto con sus propios ojos cómo los alimentos se colocan desde por la mañana en el aula "sin estar en la nevera". "Pasan allí hasta el mediodía y supuestamente tienen que llegar cerrados, pero están tapados de aquella manera", denuncian.

Al margen de cuestiones de higiene, los progenitores también claman contra el cuidado de los niños: "Podemos dejar en el colegio a los pequeños a las 8:30 horas. Se quedan en un pabellón, pero por lo visto, no hay vigilancia alguna. En ese momento los monitores están manteniendo reuniones. Los niños están mezclados y el portal abierto, por lo que no existen barreras para que puedan salir". De hecho, una de las madres asegura que cuando fue a dejar a su pequeño un día, vio cómo otro se encontraba solo en la zona de aparcamiento. "No quería volver al pabellón", destaca.

Aunque la cuestión que más preocupa a los progenitores es el trato de la coordinadora, que además ejerce como monitora de un grupo. "Hemos escuchado cómo grita a los niños. Y no son gritos de llamadas de atención Son excesivos", afirman.

Una de las madres asegura que un día fue "a pedirle explicaciones" a la coordinadora por una cuestión particular y ésta "perdió las formas". "Se puso como una loca", dice. Algo que otros padres corroboran también con experiencias personales. Sin embargo, "lo más grave" fue que al ir a recoger a su hija, la pequeña llegó llorando y con los ojos hinchados. Los padres creen que "pagó" con la pequeña el enfado que tenía con la madre.