Con la infancia en la retina, aquel padre que partía a las Américas; el despertar adolescente en el Ateneo, emblema cultural de Combarro; las primeras notas como periodista en FARO DE VIGO o la huella del esfuerzo de mariscadoras y marineros, Juan Carlos Da Silva -director del decano-, ejerció hoy como pregonero de las fiestas de San Roque de Combarro, el pueblo donde nació.

Da Silva, que apuntó en su discurso los 45 años de la declaración de Combarro como conjunto de interés artístico y pintoresco, dio el pistoletazo de salida a las celebraciones de la Semana Cultural e Festiva. Una circunstancia que aprovechó para reclamar "diligencia" a las administraciones en la conservación de este conjunto monumental.Mexilón de Ouro

Esta edición de la Semana Cultural reconoce además con sendos premios Mexilón de Ouro el trabajo de María del Carmen en las bateas de mejillón y de Asunción, motor durante años del Ateneo. Precisamente esta asociación se convierte en uno de los ejes del pregón por su papel vital en la vida social y cultural de la villa. Y también por eso Francisco Da Silva, Juan Clemente y Gonzalo Freire, fundadores del Ateneo Corredoira, reciben sus respectivos premios Mexilón de Ouro en reconocimiento a una entidad que cambió Combarro.

EL PREGÓN

  • Alcalde, Majestades, queridos combarreses, vecinos y amigos todos.Quiero empezar antes de nada confesándoos, en este incomparable marco de la plaza de San Roque, que es para este humilde periodista y convecino vuestro, todo un orgullo y un enorme privilegio el ser pregonero en su tierra, en el pueblo en que nací, el más hermoso y querido de mi vida.Y más aún compartir este entrañable momento, además de con todos vosotros, con Francisco Da Silva, mi querido primo "Pacullas", con Juan Clemente y con Gonzalo Freire, los verdaderos artífices de este Ateneo Cultural Corredoira que con tanto entusiasmo y dedicación fundaron hace 40 años como ventana de libertad sorteando las aristas más afiladas del tardofranquismo. Qué delicia leeros hoy en FARO, evocando aquellas vicisitudes.Y compartirlo asimismo con María del Carmen Pousada y Asunción Fernández, ejemplares vecinas y esforzadas trabajadoras del mar, tan justamente galardonadas también con el mejillón de oro.Nada me hace más feliz porque este cariño viene de la tierra en la que nací y a la que empecé a servir desde mi oficio periodístico en mis primeras prácticas como estudiante en FARO DE VIGO hace ya más de treinta años.Vine al mundo, muy cerca de aquí. En una de esas casas de piedra a pie de mar, en el arranque de lo que hoy es el paseo marítimo y que hace no tanto era un bloque granítico pegado al viejo muelle pesquero de Chousa ya desaparecido, como otros espacios singulares que han dado paso a lo que hoy llamamos modernidad pero que todavía algunos tuvimos la inmensa fortuna de haber conocido de niños.Nací con la ayuda de las manos maestras de la señora Maruja, la matrona que tantos partos asistió en el pueblo. Así que tengo la enorme satisfacción de ser combarrés de pura cepa desde el minuto uno, con mucho orgullo y a mucha honra.Por eso nada me hace más ilusión que estar hoy aquí, en este balcón, cuando tantos de vosotros habéis hecho mucho más que este modesto servidor por seguir manteniendo vivas las esencias de este pueblo único, un privilegio para todos cuantos formamos parte de él, no solo los nativos sino también nuestros vecinos adoptivos, muchos hoy aquí presentes, que habéis demostrado amarlo tanto o más que nosotros.Y cómo no agradecer a los actuales responsables del Ateneo Corredoira, y especialmente a su presidente, Juan Manuel Pérez, por darme esta oportunidad. Algún día habrá que reconocer públicamente como se merece a esta entidad, a los que la fundaron y a quienes la habéis sostenido hasta ahora, por todo lo que habéis hecho en el ámbito social, deportivo y cultural del pueblo durante cuatro décadas ininterrumpidas, con una vocación absoluta y una entrega desinteresada.Conservo recuerdos maravillosos de mis vivencias en el Ateneo, del despertar de la adolescencia y de los primeros años de juventud. Como socio, me alimenté de la lectura de su biblioteca, la primera en el pueblo, me inicié en la música, y hasta llegamos a formar, algunos de vosotros os acordaréis, allá por los años ochenta, con un grupo de amigos entonces adolescentes, lo que pretendía ser un voluntarioso grupo de pop, que sinceramente ahora -ya pasado el tiempo puede confesarse- creo que nunca llegó a estar a la altura de aquel aluvión de cariño y entrega que le profesaban sus entusiastas e inquebrantables fans. ¡¡¡Qué paciencia y resistencia infinita tuvieron al soportar estoicamente nuestros desafinados acordes!!! Así que tenemos una deuda más, pendiente, que alguna vez tendremos que saldar aunque sea en la otra vida.Por estas fechas se cumplen también 45 años de la declaración de Combarro como conjunto histórico de interés artístico y pintoresco. Ningún otro pueblo concentra en un espacio tan reducido, en una comba de granito a pie de mar, tantas casas labregas y marineras, tantos hórreos, tantos cruceiros, tantas corredoiras, tanta belleza, tanto encanto, como Combarro.Sus hacedores, los virtuosos canteros que allá por los siglos XVII y XVIII le dieron la forma que ahora contemplan nuestros ojos, no eran seguramente conscientes de la maravillosa criatura que a golpe de cincel estaban labrando.Como ha ocurrido con tantos otros genios en la historia del arte que no fueron valorados en vida, en este caso han tenido que pasar más de 300 años para que el trabajo coral de aquellos anónimos artistas de la piedra fuese reconocido en su condición de patrimonio singular e inigualable.Ni siquiera en los mejores sueños de su existencia, aquellos maestros canteros pudieron imaginar la dimensión que iba adquirir su obra, convertida hoy en escaparate universal de la mejor arquitectura popular gallega. Basta con un simple click en la redes sociales para hallar la prueba instantánea de cuanto digo.Mucho antes de aquella distinción, supieron glosarlo los más altos próceres de la cultura gallega: Castelao, Otero Pedrayo, Celso Emilio Ferreiro, Álvaro Cunqueiro, Filgueira Valverde, Paz Andrade. Así fue como Combarro se convirtió en objeto de culto intelectual.Aunque no solo escritores notables pregonaron los encantos del pueblo. Pintar Combarro también era obligado para nuestros mejores artistas plásticos.Y así fue como la hermosura del pueblo se complementa con la de la palabra y con la de los pinceles de nuestros grandes retratistas. Pintores como Alfredo Souto, Prudencio Canitrot, Castelao, Campo Sobrino, Federico Ribas, Pintos, y tantos y tantos otros.Pero quizás quien mejor supo inmortalizar la esencia de Combarro y de sus gentes, ese fue Carlos Maside, uno de los más destacados artistas plásticos gallegos de la segunda mitad del pasado siglo, que encontró en este pequeño pueblo la Galicia que buscaba para retratar el alma tradicional gallega, sus paisajes y sus gentes.Niñas, mujeres, hombres, marineros, campesinos, gentes mariscandoen sus playas de Padrón? Nada se escapó a la mirada creativa del más genuino pintor de Combarro. Muchos de aquellos vecinos que posaron para él de niños, aún están aquí entre nosotros y bien lo recuerdan, como Antonio, Maruja, Pilara, Peregrina.Una demostración más de que el valor de Combarro no está solo en su patrimonio material sino tanto o más en sus gentes. Gente muy humilde, valiente y valerosa, trabajadora, gente esforzada, del mar y del campo, amante das sus raíces.Combarro atravesó como tantos otros pueblos por momentos de esplendor y por tiempos duros. Llegó a ser en el XIX el puerto pesquero más rico de la ría, el rey de la sardina, en el momento de su mayor apogeo. Pero llegaron también tiempos de hambruna, de crisis. Y llegó el largo invierno de la emigración. Y muchos de sus vecinos, se vieron obligados a buscar un futuro mejor para los suyos.A mediados del pasado siglo, fueron muchos los que marcharon a América, a Argentina, Uruguay, Venezuela, Estados Unidos. Otros a Suiza, Alemania, Francia, Holanda.Recuerdo mi infancia y el desgarro de las despedidas a mi padre, camino de Venezuela, en el puerto de Vigo, siendo yo un niño, con mi querida madre y hermana al lado, un año y otro año. Como tantas miles de familias en Galicia separadas por el gran éxodo. Por eso tanto tenemos que agradecer a nuestros mayores, que han trabajado muy duro en la vida y han gastado sus mejores años y energías para sacar adelante a los suyos. ¡Gracias, padres!Pero Combarro siguió adelante, labrando su futuro. Emergió de nuevo de la mano de la pesca, después llegó la eclosión del mejillón como pilar económico y el turismo comenzó a abrirse paso como fuente de riqueza.Todavía recuerdo cuando allá por los setenta un popular presentador de informativos de TVE, del que quizá muchos de vosotros todavía os acordáis, Joaquín Arozamena, el del bigote, divulgó para el gran público en uno de los Telediarios que presentaba, el nombre de Combarro. Lo había visitado días antes y se había topado en la fuente más hermosa del pueblo, en uno de los rincones más típicos de A Rúa, con una señora vestida de negro que vendía conchas, caracolas gigantes de mar, a peseta, y a la que nadie se le resistía. Era Camila, uno de los personajes más simbólicos de la época. El pueblo le impactó tanto a aquel popular periodista que invitó en directo a los espectadores a visitarlo.Hoy son cientos de miles las personas que visitan Combarro, convertido en un icono por su belleza, y su patrimonio, en fuente de riqueza. Tanto es el trasiego, tanta la abrumadora afluencia durante unos meses muy concretos del año, que es más necesario que nunca que los poderes públicos se esfuercen y dediquen más medios para mejorar la conservación de nuestro conjunto monumental. Porque perder su singularidad sería tanto como perder su identidad misma.Y el riesgo, sin ánimo de ser catastrofistas, es real. Lo han dicho alto y claro no solo las asociaciones de defensa de nuestro patrimonio sino el mismísimo Consello da Cultura Galega que ha emplazado a las administraciones a actuar con más recursos para salvaguardar este importante tesoro.Urge más diligencia de las administraciones, más actuaciones y menos palabrería. Con medidas y ayudas para que, quienes lo habitan, con todos los perjuicios e incomodidades que se derivan de vivir en un conjunto histórico, puedan seguir teniendo motivos para hacerlo.Porque es necesario que sigan habitándolo y porque mereceríamos la mayor de las condenas si fuésemos incapaces de mantener vivo para el disfrute de nuestros descendientes, tanta belleza, tanto arte y tanta historia como la que heredamos de nuestros ancestros.Somos unos afortunados por seguir gozando de un pueblo tan fabuloso. Así que ahora nos toca a nosotros estar a la altura, y a las administraciones trabajar para ello. Estoy absolutamente seguro de que con la voluntad de todos es y será posible.Toca ir acabando. Parafraseando a la canción, aquí he nacido y aquí quiero quedarme, con mis amigos con mi familia, entre mi gente. No voy a renunciar a nada de ello y seguiré compartiendo y llevando con cariño el nombre de este hermoso pueblo allá donde vaya.Ahora os animo a que disfrutéis al máximo con alegría de estas fiestas y de esta Semana Cultural, de la que tantos recuerdos imborrables guardamos muchos de los que aquí estamos. Muchas gracias por vuestra atención y por permitirme abusar de vuestro valiosísimo valiosísimo tiempo. ¡¡Viva San Roque y Hala Combarro!!