El Concello de Pontevedra ha invertido en el saneamiento rural unos 25 millones de euros, según explicó recientemente el alcalde Lores en una visita a Mourente. Sin embargo unas mil viviendas de cinco parroquias carecen aún de una red de saneamiento, cuyo valor se cifra en 19 millones de euros.

Los fondos necesarios para acometer las obras pendientes pretenden ser obtenidos por el Concello, al menos en buena parte, mediante el futuro concurso para adjudicar el servicio de agua.

Son cinco parroquias del rural donde residen más de 5.500 vecinos y buena parte de ellos carecen por completo de saneamiento. Y habilitar una red que permita instalar ese servicio requiere una inversión, solo en esos cinco territorios, de 19 millones de euros. Se trata de Campañó, Bora, San Andrés y Santa María de Xeve y Verducido, todas ellas situadas al norte del municipio y que son las últimas que figuran en el plan municipal de alcantarillado rural, iniciado hace una década pero que ni mucho menos está completo.

Cinco parroquias

De hecho, en estas cinco parroquias el gobierno local admite, según los cálculos de la empresa concesionaria de aguas, que son más de mil las viviendas que aún no tienen posibilidad de conectarse a un colector general. Porque es así como realiza el Concello el cálculo. No contabiliza a todas las casas que realmente están conectadas a la red, sino que considera servidas a las viviendas que tienen capacidad real, práctica y técnica de conectarse, aunque no dispongan de acometida domiciliaria porque el propietario no quiere, pese a ser obligatorio. Ese enganche particular debe sufragarlo el propio vecino y lo tenga o no, a estas residencias se les pasa el recibo bimensual.

Este sistema ya generó polémica hace unos meses y la oposición forzó al gobierno local a modificar las condiciones exigidas a las casas para la acometida particular.