Ni el calor ni la resaca tras la intensa jornada del sábado hicieron mella en los cientos de jóvenes que ayer salieron a la calle en la segunda "noche de peñas", no tan concurrida como la del día anterior pero igual de animada.

La avenida de Santa María, que de madrugada seguía siendo escenario de decenas de botellones, volvió a llenarse horas más tarde de grupos de jóvenes uniformados con las camisetas de sus respectivas peñas, pantalones cortos y sombreros, una cómoda indumentaria para varias horas de calimonocho y encuentro con amigos.

De nuevo la fiesta arrancó en distintos emplazamientos del centro histórico y en ensanche, caso del entorno de las Ruinas de Santo Domingo y la Subdelegación, para continuar horas después por la avenida de Santa María, calle Amargura o la plaza del Teucro. Las pistolas de agua y las fuentes públicas ayudaron a los jóvenes a refrescarse en este final de un intenso y multitudinario fin de semana de peñas.