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"Hay mucho movimiento de madereros"

La casa de Miriam Ambroa se vio rodeada por el fuego en 2016. // S. A.

Miriam Ambroa vive en Vilanova de Tenorio, en Cerdedo-Cotobade. Aunque el susto el año pasado fue muy grande en el caso de su familia, porque el fuego llegó a dejarles rodeados, este verano están algo más tranquilos. Entonces se sintieron muy solos, ya que los accesos a su casa estaban cortados porque el incendio avanzaba desde el norte de su propiedad. Sus críticas se habían centrado en la poca formación de la brigada que trabajó en la zona. Ellos mismos tuvieron que ayudar utilizando mangueras desde su casa para apagar el fuego y refrescar el lugar.

Este año no ven vigilancia, pero tampoco ha crecido tanto la vegetación como para sentir que se encuentran en peligro. Pese a todo, ellos cuentan con grifos en ambos extremos de su jardín para hacer frente a cualquier imprevisto.

"Lo que sigue habiendo es mucho matorral. Ya empieza a haber eucaliptos nuevos, plantaciones. Hay mucho movimiento de madereros. Están trabajando tres a la vez. Es la primera vez que veo tantos", explica.

"Este año los caminos están destrozados por el paso de los tractores. La gente a la que le gusta dar paseos por el monte está muy apenada", concluye.

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