Camiseta y pantalón corto, sombrero de paja y un amplio despliegue de complementos: gafas, guitarras de plástico, guirnaldas? Fue un año más el uniforme mayoritario en la primera "noche de peñas", el gran botellón (uno de los pocos días del año en los que se puede beber en la calle) que acompañó ayer al preludio de la feria taurina con los recortadores.

De nuevo los protagonistas de la fiesta fueron jóvenes, buena parte adolescentes, que hicieron acopio en los supermercados del centro de bebidas y refrescas que degustar en distintos puntos del centro histórico a medida que avanzó la tarde.

Pasadas las cuatro el epicentro se concentraba en la plaza de Méndez Núñez, cuya fuente suministró munición para las pistolas de agua, uno de los leit motiv de las "noches de peñas". Otro fueron los litros de Calimocho, que acompañaron la fiesta en distintos emplazamientos a lo largo de la tarde y la noche como la avenida de Santa María, la calle Amargura o la plaza del Teucro.