El mes de julio, con temperaturas no muy elevadas, fue el mes en el que los pequeños y grandes comercios retiraron la ropa guardada en los almacenes y pusieron sus carteles que suponían el inicio de las rebajas de verano. Con un clima muy agradable para los comerciantes, la gente salió a la calle en busca de nuevas prendas con las que disfrutar del verano. Los días nublados que se presentaron a lo largo del mes favorecieron el aumento de ventas, ya que las personas en estos días decidieron echar un ojo a los escaparates y descansar un poco de la playa y la brisa del mar, tanto los residentes de Pontevedra, como aquellos turistas que se encuentran alojados en toda la ría y otras áreas.
Artículos que quedan de temporadas pasadas son los rebajados en esta época del año donde todo el mundo quiere adquirir prendas a bajo precio y de buena calidad. La afluencia de personas que se concentran en las calles pontevedresas los días malos provoca que los pequeños comercios tengan más oportunidad de venta. Los hábitos de consumo se encuentran en un momento de cambio que afecta a las ventas de los pequeños comercios del casco viejo, a pesar de que, tal y como expresa Ernesto Filgueira, secretario del Centro Comercial Urbano-Zona Monumental. "Las grandes cadenas están copando el mercado debido a su elevada capacidad de compra", señala, aunque dice que los pequeños comercios no se quedan atrás y no dejan de ganar clientes gracias a sus artículos de muy alta calidad.
"No hay manera de superar la crisis en el sector del comercio tradicional" aseguran muchos propietarios de los pequeños comercios pontevedreses. Zapaterías como J.Joaquín ha notado unas rebajas "bastante flojillas" y peores que las de enero. Sin embargo, en las fiestas de la Peregrina esperan un aumento de las ventas, sobre todo de los artículos de temporada que son los más solicitados por las personas foráneas que se acercan a Pontevedra a disfrutar de estos festejos. Para Pablo, propietario de la tienda de moda Sunset Boulevard, "las rebajas de invierno siempre son mucho mejor que las de verano" y asegura que los compradores se toman con más calma las rebajas de verano, comprando muchas veces artículos de la temporada de julio y agosto que no están rebajados.
Otros comercios apuestan por los descuentos estivales como aquellos que más ventas les proporcionan. La tienda Libellute, que lleva dos años y medio en marcha, ha notado un aumento considerable de las ventas en verano. "La gente apenas compra ropa de fiesta en invierno" asegura Iria, propietaria de esta tienda, por ello el verano es positivo para sus ventas, ya que, además de por la ropa rebajada de calle, destaca por los vestidos de fiesta que la gente puede adquirir en ella para esta época estival.
