La Guardia Civil, en colaboración con la Agencia Tributaria, se incautó de una partida de 600 litros de licor de orujo que se estaba comercializando de forma fraudulenta a través de una distribuidora de la comarca de O Morrazo, sin ningún tipo de etiqueta ni marcas fiscales.

La actuación, llevada a cabo por la Patrulla Fiscal y de Fronteras de la Guardia Civil con sede en Marín en el marco de sus competencias específicas, fue como consecuencia de una inspección rutinaria que realizaron en una empresa distribuidora de bebidas alcohólicas de la comarca de O Morrazo, con la finalidad de comprobar el cumplimiento de la normativa sanitaria y fiscal de la mercancía que estaba dispuesta para la venta.

En el transcurso de la inspección, en un almacén anexo a la nave principal, la Guardia Civil localizó un palé que contenía 50 cajas, con 600 litros de licor de orujo, distribuidos en 200 garrafas de 3 litros cada una, sin ningún tipo de marca fiscal ni etiquetado que pudiese determinar su trazabilidad, según dispone la legislación vigente.

En consecuencia, los efectivos de la Patrulla Fiscal y de Fronteras procedieron a la incautación de la mercancía, que quedó precintada y depositada cautelarmente en la misma empresa.

Denuncia

Al mismo tiempo, el responsable de la distribuidora fue denunciado por dos infracciones administrativas: una de ellas, a la Ley de Impuestos Especiales, de la que es competente la Dependencia de Aduanas e Impuestos Especiales de Pontevedra, por carecer de las precintas fiscales, y la otra a la Ley de protección general de las personas consumidoras y usuarias, que tendrá que resolver la Delegación Provincial de Sanidade de la Xunta de Galicia.

En este caso la denuncia tiene su origen en el riesgo que la venta del alcohol podría suponer para la salud pública, dado que al carecer de etiquetas comerciales se pierde la trazabilidad del producto y no se puede conocer la empresa responsable de su elaboración y distribución.

El aguardiente clandestino o con falsas etiquetas, el comportamiento de algunos hosteleros al rellenar botellas de marca y que estas ilícitas conductas tengan una escasa respuesta judicial ponen contra las cuerdas a las bodegas que elaboran excepcionales aguardientes y licores en Galicia.

El sector se enfrenta a una terrible competencia ilícita en la que -según explican- casi lo de menos es el daño económico que se causa a las bodegas amparadas pues son actividades que pueden suponer un serio riesgo para la salud, como indican los profesionales del sector.

Hace menos de dos años, el Consello Regulador das Augardentes e Licores de Galicia indicaba que si las firmas amparadas por el Consello distribuían unos 500.000 litros, en el mercado clandestino se vendían entonces unos 26 millones de litros, es decir cincuenta veces más.

Persecución

Desde el Consello se subrayaba ya entonces que cada vez hay una mayor persecución de este tipo de comercio ilegal, que se sigue incrementando.

Los profesionales representados por este Consello Regulador son muy críticos con el comportamiento de algunos hosteleros que "rellenan" botellas con lo que además de engañar al cliente provocan el descrédito del productor.

El mensaje desde el Consello Regulador das Augardentes e Licores de Galicia al consumidor es que se fije en las contraetiquetas que deben llevar todas las botellas en las que se clarifica que es Augardente de Galicia o Licor de Galicia.

Y no solo por garantías de salud sino también por la imagen que se puede llevar el turista cuando le falsean un producto de estas características. Son millones de personas que vienen a Galicia y consumen estos espirituosos por lo que pueden quedar satisfechos o claramente decepcionados con los productos que consumen, según el producto esté etiquetado o no.

Los profesionales demandan más inspecciones y acciones policiales como la que en las últimas horas ha retirado del mercado 600 litros de licor de orujo que se iba a comercializar de forma fraudulenta.