La oficina bancaria que operaba en el interior de la sede de la Xunta en Campolongo ha cerrado sus puertas. Abanca, la entidad que se encargada de esta oficina, pretendía ir más allá de facilitar los pagos de tasas a los ciudadanos y establecer servicios comerciales, una actividad que no fue autorizada por la administración autonómica. Ya hace unos meses, la misma entidad cerró una oficina similar en las dependencias municipales de Michelena, pero semanas después la reabrió y funciona un par de horas al día.