Cambio. Fue la palabra más repetida ayer en la celebración del segundo aniversario del gobierno provincial que encabeza Carmela Silva: cambio en la relación con los concellos, que pasa a ser, señaló, "de igual a igual" independientemente de su color político, "porque donde hay democracia no hay supremacías"; cambio en la toma de decisiones, "pasando del presidencialismo a la decisión colaborativa"; cambio en la gestión "de ser oscurantista e irregular a la escucha activa de la sociedad, al derribo de los privilegios y al respeto de la autonomía"; cambio en las ideas, en los proyectos y acciones?

A todo ello se refirió el Ejecutivo provincial al hacer balance de sus 24 meses de gestión, un repaso a su labor que realizó públicamente ante numerosos alcaldes (entre ellos los de Pontevedra, Vigo, Poio, Lalín, Cambados, Vilagarcía, Barro o Vilaboa), representantes de empresas, de cofradías, clubes deportivos, asociaciones benéficas y culturales.

Éstos llenaron el salón de plenos del Pazo Provincial para seguir las intervenciones del vicepresidente de la Diputación, César Mosquera, y Carmela Silva, en un acto que llevó por lema +Equidade +Servizos.

César Mosquera destacó que todos los implicados en la gestión pública afrontan una realidad delicada, que "socialmente quien cree tener algún privilegio si se le corta va a protestar y quien tiene derecho a la prestación seguramente estará callado". Puso como ejemplo que en alguna de las parroquias en las que más han destacado las protestas contra los reductores de velocidad "la inmensa mayoría de los vecinos están a favor de los lombos" y recordó lo injusto que resulta "ocultar la opinión mayoritaria".

En ese sentido, se declaró satisfecho de "haber conseguido una Diputación más equitativa" y llamó la atención sobre que en los últimos años si hubo protestas "curiosamente detrás siempre había algún privilegio". Con todo, el gobierno provincial "no cambio la hoja de ruta".

Si César Mosquera aludió especialmente a la equidad, la presidenta provincial lo hizo a los servicios, en un extenso repaso en el que fue detallando las políticas de su Ejecutivo, a la cabeza la cooperación con los Concellos, a los que la Diputación destina este año casi 68 millones de euros, cerca del 40% de su presupuesto anual.

El Plan Concellos, los préstamos sin intereses, el servicio de administración electrónica para los municipios o el servicio de asistencia intermunicipal que brinda apoyo jurídico y técnico son algunos de los programas que fue detallando, todo ello en un marco de gestión que "frente a la arbritrariedad" contrapone "criterios objetivos y bases transparentes", en lo que Carmela Silva definió como "el fin de la libre disposición y modelo clientelar".

La creación de 2.400 empleos y la inserción laboral, 500 bolsas para prácticas en administraciones y empresas o un incremento del 32% en los presupuestos para crear puestos de trabajo también formaron parte del repaso, en el que destacó apuestas prioritarias como la igualdad (con un presupuesto de 1 millón de euros, un 11,22% más que el pasado año) o, muy especialmente, la movilidad. A ella se dedica una nueva estrategia que incluye la inversión de 22 millones de euros en carreteras provinciales, un plan de velocidad segura o un nuevo catálogo-inventario de carreteras provinciales.

La apuesta por la cohesión social (con un presupuesto incrementado en un 7,34%) y por el medio natural y los sectores productivos, especialmente el primario, tampoco faltaron en la intervención de la presidenta de la Diputación, que agradeció a todo su Ejecutivo su esfuerzo en el ecuador del mandato.

Se felicitó también por la buena sintonía de colaboración con el BNG, socio de los socialistas en el gobierno provincial, y con el que afirmó sentirse "muy cómoda, somos diferentes pero capaces de gobernar sin fisuras", desde la pluralidad y transformando la institución "para ponerla al servicio de la ciudadanía".

En estos dos años, añadió, "hemos hecho un cambio total a la institución y lo vamos a seguir haciendo, los ciudadanos reclaman políticos que hagan buen uso de los recursos públicos y den cuenta de ello; desde la humildad, estamos contentos", especialmente del "cambio de imagen" de la Diputación, pasando de "arbitraria, rancia y decadente, con dos puertas, una para los amigos y otra para los otros" a devolverle "la seriedad y dignidad", con "nuevas banderas" como la igualdad, la justicia o la cultura; una nueva forma, resumió, de "estar en política" que sus equipos agradecieron sorprendiéndola con una tarta de cumpleaños.