Una sentencia del juzgado Contencioso Administrativo número 2 de Pontevedra anulaba en febrero de 2013 la sanción impuesta por la Policía Local a un conductor, multado por estacionar en una zona restringida mediante señales provisionales. Se trata de la señalización que el Concello de Pontevedra utiliza habitualmente para prohibir el aparcamiento en calles afectadas por zafarranchos de limpieza, poda de árboles y otras intervenciones puntuales. Este fallo cuestionaba la validez de este tipo de señalización "circunstancial", por la que han sido sancionados numerosos conductores en los últimos años, con la carga adicional que supone la retirada del vehículo por la grúa.

La sentencia era firme y obligó al Concello de Pontevedra a anular la sanción y a abonar las costas del proceso. Actualmente se siguen usando estas vallas.