Los efectivos de la Brilat vuelven a contar este año con un avión no tripulado del Ejército, un "Raven" que con una autonomía de diez kilómetros desde el puesto de control permite a las patrullas cubrir una gran cantidad de superficie de bosque durante sus vigilancias.

El año pasado, los efectivos de la Brilat realizaron más de medio centenar de vuelos con este "drone" que además tiene capacidad para realizar misiones durante la noche.

Las labores de los efectivos de la Brilat se ciñen a vigilancia y disuasión. En el caso de detectar la presencia de un incendiario pueden retener al sospechoso pero han de dar aviso de forma inmediata a las fuerzas de seguridad con competencias en la zona del suceso.

Con todo, en misiones anteriores los militares han contribuido de manera decisiva en la evacuación de poblaciones o incluso en el rescate de personas que se encontraban en peligro en viviendas afectadas por las llamas. Aunque la colaboración del Ejército en la lucha contra el fuego se remonta al año 1999, este convenio se firma desde la gran ola de incendios de 2006.