El salón de actos de la Diputación de Pontevedra acogió este viernes la celebración del segundo aniversario del Ejecutivo provincial en el que la presidenta, Carmela Silva, realizó un balance de su gestión, que ha resumido bajo el lema de "más equidad y más servicios" con el "cambio" como eje.

Al acto han asistido los alcaldes de Pontevedra, Vigo, Poio, Lalín, Vilagarcía, Cambados, Barro, Catoira o Vilaboa y ninguno del Partido Popular, al igual que tampoco asistieron los diputados provinciales de esta formación. Además, hubo representantes de empresas, de cofradías, clubes deportivos, asociaciones benéficas y culturales.

El largo discurso de Carmela Silva arrancó con una referencia a la relación con los ayuntamientos "de igual a igual" con independencia de su color político. "Porque donde hay democracia no hay supremacías", añadió.

La presidenta provincial ha remarcado que, durante el presente gobierno entre PSOE y BNG, la diputación "pasó de ser oscurantista e irregular" a optar por "la escucha activa de la sociedad, el derribo de los privilegios y el respeto de la autonomía" a través de la transición del "presidencialismo a la decisión colaborativa" que supuso "el fin de la libre disposición y el modelo clientelar".

Críticas a Louzán

El vicepresidente César Mosquera también ha tomado la palabra en el acto para criticar la anterior etapa con el popular Rafael Louzán al frente de la institución.

"Socialmente quien cree tener algún privilegio si se le corta va a protestar y quien tiene derecho a la prestación seguramente estará callado", ha aseverado, para luego poner como ejemplo las protestas por la instalación de reductores de velocidad en la carretera. "La inmensa mayoría de los vecinos están a favor de los lombos", ha apostillado.

Así, Silva ha defendido que la Diputación destina el 40% de su presupuesto anual (cerca de 68 millones de euros) a los ayuntamientos; unos fondos que son repartidos con "criterios objetivos y bases transparentes".

El acto concluyó con una sorpresa, de la mano del diputado nacionalista Xosé Leal, que llevó una gran tarta de fresas con nata para que todo el gobierno provincial soplase las dos velas.