Nueva etapa en los procesos judiciales por el caso "Lupe Jiménez". Ayer fueron juzgados los siete familiares de la mujer fallecida que intentaron agredir a su asesino, José Luis Cortiñas, durante la celebración del juicio contra este último. Todos reconocieron los hechos y acabaron aceptando una sanción económica como pena.

Los hechos se remontan al 17 de febrero de 2016. Aquel día, varias personas presentes en la sala durante la segunda jornada del juicio contra José Luis Cortiñas no pudieron contenerse y trataron de abalanzarse sobre el entonces acusado de acuchillar a la mujer en 2014 en Vilaboa. La reacción de ira de estas personas generó un tremendo revuelo en la sala de vistas y acabó con la Policía y la Guardia Civil interviniendo para evitar agresiones contra Cortiñas.

Tras ese incidente, siete familiares de Jiménez fueron acusados por un delito de desórdenes públicos y ayer se sentaron en el banquillo del Juzgado de lo Penal número 1 de Pontevedra para declarar ante el juez.

A la vista faltó Esmeralda Cortiñas Jiménez, hija que la víctima y el asesino tenían en común. Instantes antes los abogados contactaron con ella y les informó de que estaba en Lugo (donde vivían Lupe y José Luis) y que no se iba a presentar en la vista de Pontevedra.

Pese a su ausencia, las partes implicadas acordaron celebrar el juicio al entender el juez que la pena solicitada no era tan trascendente como para requerir su presencia y al reconocer el resto de los presentes la implicación de la mujer en el tumulto.

Quien no se presentó ni declaró como testigo por vídeoconferencia desde prisión fue el propio José Luis Cortiñas. Tampoco intervinieron los agentes de la Guardia Civil, ya que el proceso se zanjó con una aceptación de la pena, que fue rebajada por la Fiscalía ante la colaboración de las personas juzgadas.

Uno por uno, los seis acusados presentes en el banquillo fueron preguntados y aseguraron que sí se levantaron, increparon y trataron de agredir al asesino de Lupe Jiménez durante aquella vista.

Mientras, la hermana de la fallecida, Azucena Jiménez, también admitió que llegó a golpear a Cortiñas con una botella. El entonces juzgado denunció los hechos y la acusó de haberle producido lesiones leves.

Finalmente, la Fiscalía cambió la solicitud de cinco meses de prisión por desórdenes públicos por el pago de una multa de 720 euros a razón de 4 euros al día durante seis meses. A Azucena Jiménez se le incluyó, además, una pena adicional por lesiones leves consistente en el pago de 120 euros al asesino y la ampliación de un mes más de sanción.

Ante los pocos recursos económicos de la mayoría de los juzgados, finalmente acordaron el pago fraccionado. La hermana de la víctima tendrá que abonar 40 euros al mes durante 24 meses, mientras que el resto (Esmeralda incluida), deberán pagar esos mismos 40 euros durante 18 plazos.