El triángulo amoroso que aparece como trasfondo del conocido como crimen de Ponte Caldelas se complica cada vez más. Hace semanas, la acusación particular que ejercen los padres de la víctima mortal en aquel suceso, Manuel Ángel Rivas, pide que se investigue (es decir que se le aplique la antigua figura de la imputación) a la mujer de su hijo fallecido, ante la sospecha de que ella pudiera haber tenido un mayor conocimiento sobre la muerte de su esposo de lo que realmente afirma. Manuel Ángel Rivas falleció cosido a puñaladas a manos del que había sido amante de su mujer, Marcos Vidal González, y quien desde hace año y medio permanece en prisión por estos hechos.

Marcos Vidal González, según lo recogido hasta hace escasos meses en el sumario, siempre reconoció los hechos. Según consta en las actuaciones, en un primer momento manifestó a la Guardia Civil que acudió al piso de la que había sido su pareja para acabar con la vida del marido de ésta, después de descubrir que ella había retomado su relación matrimonial. Declaró que, enfurecido tras descubrir que los dos habían vuelto y que ella lo había "engañado", subió a matarlo y después llamó a la mujer de la víctima para que escuchase "como agonizaba" su marido. Incluso le envió una fotografía de la víctima yaciendo en el suelo. "Quería que ella sufriera", manifestó a la Guardia Civil.

Esto cambió ayer, cuando Marcos Vidal González regresó de nuevo a prestar declaración ante el juzgado de instrucción número 1 de Pontevedra a petición propia, tal y como confirmaron desde el TSXG.

Según las fuentes consultadas, en su comparecencia el acusado trastocó esta versión inicial para incidir en un supuesto mayor conocimiento de los hechos por parte de la mujer del fallecido. Según indicó, la esposa de Manuel Ángel Rivas había manifestado al ahora encarcelado de su intención de divorciarse de su marido. Marcos González incluso afirma que fue ella quien le pidió a él que acudiese a su domicilio con la intención de hablar con su marido "y asustarlo".

Según estas mismas fuentes, el acusado habría añadido que fue ella quien, en cierto modo, habría avivado el enfrentamiento entre ambos que acabó con Manuel Ángel Rivas muerto a puñaladas.

Para mayor complicación de todo este caso, el juzgado de lo Penal 4 de Pontevedra acaba de absolver a Marcos Vidal González de un delito de amenazas del que era acusado por la esposa del fallecido. Una vez que se produjeron los hechos, esta mujer acusó al ahora encarcelado de haberla sometido a todo un infierno de amenazas y acoso, una versión (la que dio esta mujer) que la magistrada del juzgado de lo Penal calificó de "insólita", "ilógica" e "inverosímil" en un fallo que se dio a conocer hace días.

Rechaza la imputación

A la espera de la valoración que el tribunal y las distintas partes personadas puedan realizar de esta nueva declaración prestada por Marcos Vidal, la magistrada del juzgado de instrucción número 1 de Pontevedra no ha accedido a la petición formulada por la acusación particular que ejercen los padres de la víctima y ayer también rechazó que se aplique a la mujer de la víctima la antigua figura del imputado cuyo representante legal insiste en que el acusado solo intenta "confundir" con sus diferentes versiones e insiste que es el único implicado en la muerte de Manuel Rivas. El caso sigue en fase de instrucción.