Los cazadores de la provincia han reelegido a Francisco Couselo como presidente de la Federación de Caza de Pontevedra. Explica que en los próximos años al frente de la agrupación "lucharé por defender los intereses de la caza y de los cazadores en esta nueva singladura; con la ayuda de todos nos esforzaremos para garantizar la persistencia de una caza social de calidad, sostenible y convertirla en una señal de identidad".
- Se plantea una línea de continuidad en la gestión
-Si, una línea más o menos como la que llevábamos hasta ahora, creo que cuando una cosa se hace bien no hay por qué cambiarla, aunque por supuesto todo es mejorable y perfeccionable. Lo que intentaré es acercar las actividades, más que la caza, a la juventud, estamos yendo a visitar a los escolares para inculcarles la labor de los cazadores en relación a la naturaleza, lo que hacemos para protegerla que es velar por su entorno y sobre todo por su biodiversidad, eso es lo que tratamos de hacer ver a los más jóvenes.
- ¿Conoce suficientemente la sociedad la labor que desarrollan los cazadores?
-No lo suficiente, ahora está de moda ser animalista cuando los cazadores somos los primeros en amar a los animales, eso que no quepa la menor duda, y si en la ciudad desconocen nuestra labor en cambio en el medio rural si la valoran porque muchas veces somos la solución a los problemas que tienen con el jabalí, los ataques de lobos y otros. La caza es una herramienta de gestión para controlar y cuidar la naturaleza.
- ¿Cuáles son las principales amenazas que afronta el colectivo que usted encabeza?
-La caza goza, dependiendo de qué modalidad, de distinta salud: la de la caza mayor es plena pero en cambio la menor se enfrenta a un problema muy grande, que es la merma que sufre por las diversas enfermedades que año tras año llegan en forma de plaga, especialmente la hemorrágica vírica, que cada año viene mutando con nuevas variedades y está diezmando muy considerablemente la población de conejos.
- ¿Afecta el abandono del campo?
-Mucho, por ejemplo la perdiz por esas circunstancias en la provincia de Pontevedra cada vez va a menos, salvo zonas como Baixo Miño o el Deza prácticamente brilla por su ausencia. El abandono del rural, la falta de cultivos, beneficia que especies como el jabalí estén en auge, precisamente porque el monte prácticamente es un matorral.
- ¿Cuántos cazadores de la provincia de Pontevedra están federados?
-En Pontevedra estamos alrededor de los 6.000 de un total aproximado de 11.000 cazadores. Es una cifra que intentaremos aumentar, se puede decir que en la provincia de Pontevedra bajan los cazadores pero en cambio los federados o bien aumentan o se mantienen, es algo que nos ilusiona para seguir luchando en pro de la caza y de los cazadores. La unión hace la fuerza, cuantos más estemos unidos más ventajas tendremos de cara a la administración para lograr aquellos intereses que pueden favorecer a la caza, además de otras ventajas a la hora de adquirir seguros, de que si hay problemas nos defiendan personas especialistas en temas cinegéticos etc.
- ¿En qué medida les afecta la nueva normativa gallega de bienestar animal?
-Nos afecta en parte, y es algo que estamos debatiendo, en concreto en el tema del uso de collares para adiestrar. Son collares que emiten pulsaciones eléctricas, nosotros condenamos siempre el maltrato animal pero entendemos que los collares hacen un bien porque se están adiestrando y con ellos tratamos de evitar que se marchen de nuestro alcance y que sean atropellados o que generen problemas. Es un collar de adiestramiento, mal llamado collar de castigo que es de donde proceden los problemas, se le llamó así y para nada tiene que ver con su uso para la caza.
- Otro tema que siempre les persigue es el abandono de los perros. Al finalizar la temporada de caza aparecen numerosos animales en carreteras y montes y una parte significativa son ejemplares de caza?
-Muchos de los abandonos se achacan a los cazadores pero son infundados porque lo que aparece es un perro de caza, lo que no quiere decir que sea de un cazador. Un ejemplo es el Beagle, un perro precioso que generalmente se regala a los niños por Navidades y pasado un año ya no es un cachorro sino un perro que entra en celo, produce malos olores etc y la gente, al igual que otras mascotas como puede ser el cerdo vietnamita, los abandona. Como es un perro de caza el abandono se atribuye a un cazador cuando no siempre es así. Los cazadores estamos mucho más controlados por los microchip, es muy fácil para el Seprona ( Servicio de Protección de la Naturaleza) parar un coche que va con el remolque con los perros y pasar el microchip, cosa que generalmente por las ciudades no se ve, estamos más controlados y además nos parece fenomenal.
