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El último plan para soterrar la línea eléctrica de Monte Porreiro no será ejecutado antes de 2018

Tras años sin avance alguno, Fenosa presentó en marzo al Concello un nuevo proyecto para enterrar casi dos kilómetros del tendido -Desde entonces se aguarda su ejecución

Torre de alta tensión en la calle Portugal. // Rafa Vázquez

El soterramiento de la línea de alta tensión que sobrevuela Monte Porreiro no acaba de arrancar. Después de años de paralización y polémica política entre el Concello y la Xunta sobre qué administración debía impulsar la obra, en marzo pasado el gobierno gallego filtraba la intención de la empresa Gas Natural Fenosa de retomar su ejecución. Pocos días después, la propia compañía confirmaba al gobierno local ese interés e incluso presentaba un proyecto con varias alternativas. Sin embargo, sí está decidido que no se ejecutará antes de 2018.

El anunció llegó después de una nueva ofensiva política, tanto en el Concello como en el Parlamento gallego, por parte de Marea y del BNG. Sin embargo, pasados cuatro meses desde aquellos anuncios, los vecinos del barrio vuelven a recelar de las promesas políticas y empresariales. El proyecto anunciado por Fenosa no ha cristalizado en paso oficial alguno, pese a que la obra figura en su plan de inversiones hasta el año 2020 incluye de nuevo esta obra.

Este soterramiento es una demanda histórica, desde hace más de una década, pero todo apunta a que hasta el próximo año no estaría prevista ejecución alguna, según apuntan fuentes próximas al proyecto. Desde el Concello, por su parte, no se dispone de información concreta al respecto, si bien se confía en que Fenosa cumpla su anuncio de marzo pasado. El gobierno local recuerda que la obra sufrió "un parón de años, tras la inversión del Concello de medio millón de euros para hacer la galería destinada a enterrar la línea".

De hecho, el primer convenio data de hace una década y en 2008 se anunció el inicio de las obras, aunque solo llegó a ejecutarse la parte correspondiente el Concello. A lo largo de los años se entabló una polémica entre el gobierno local y el autonómico sobre el responsable de la paralización que generó protestas vecinales pero nunca se retomó el proyecto.

Dos opciones

La obra civil realizada por el Concello podría ser aprovechada, si bien hay varias alternativas en estudio. En esencia, se trata de la canalización subterránea de la línea eléctrica en un tramo de 1.800 metros, más del doble que entonces. A diferencia del frustrado proyecto de hace una década, cuando la actuación se pactó entre Fenosa, el Concello y la Xunta y nunca llegó a completarse, esta vez es la compañía la que asumirá en solitario la obra.

Incluye la sustitución de la línea aérea de alta tensión ubicada desde la subestación de Mourente (rotonda de Montecelo) hasta el río Lérez. Son alrededor de 1,8 kilómetros y está también prevista la retirada de nueve torres de alta tensión.

Además, también está previsto que se baje la línea de media tensión de Os Campos, y existe un acuerdo entre la Diputación y Fenosa para enterrar otro tendido similar que baja por los antiguos terrenos de Tafisa.

Para actuar en el barrio se llegaron a barajan dos opciones y aún no se ha desvelado la elegida. Una de ellas establece el tendido bajo tierra por la calle Portugal, pasando por delante de la sede de la Uned y por la calle de Os Campos hasta el cruce con la de La Paloma. El principal inconveniente de esta opción es tener que actuar en la zona recientemente tratada de Os Campos, es decir, levantar una mejora en todo el vial ejecutada hace apenas unos meses desde La Paloma hasta la sede de la Universidad a Distancia.

Por ello, se baraja otra posibilidad de canalización aprovechando un camino que sale de Os Campos hacia Os Areais, vía que ya está previsto asfaltar por el Concello, pero que podría ser estrecha para albergar la zanja necesaria para los nuevos cables, que supera los cuatro metros de ancho.

Tampoco se ha determinado el presupuesto, si bien todo apunta a que superará el de hace diez años, que era de 1,3 millones de euros aproximadamente, ya que entonces eran 700 metros y, de fructificar este nuevo intento, se ampliaría considerablemente esa distancia.

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